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El espíritu del Leicester

Jamie Vardy ha recuperado su mejor versión antes de enfrentarse con el Atlético. Seis goles y dos asistencias ha dado en ocho partidos.

LJamie Vardy, durante el entrenamiento en el Vicente Calderon.
LJamie Vardy, durante el entrenamiento en el Vicente Calderon.larazon

Jamie Vardy ha recuperado su mejor versión antes de enfrentarse con el Atlético. Seis goles y dos asistencias ha dado en ocho partidos.

«Me gusta mucho. Es un delantero potente, del estilo de los jugadores que siempre ha tenido el Atlético. Le da profundidad al equipo, mucha lucha y lo hace muy peligroso en cualquier despiste de la parte defensiva», dice Simeone de Jamie Vardy. «Me recuerda a Diego Costa», afirma Filipe Luis. El «9» del Leicester fue el héroe del sorprendente título de campeón de la Premier que consiguió su equipo la temporada pasada. Marcó 24 goles y repartió seis asistencias, pero su producción se detuvo este curso.

El triplete contra el Manchester City en diciembre era su único logro de la temporada. Un espejismo al que sólo había sumado dos goles más en la Premier en el comienzo del año futbolístico. En la Champions su aportación tampoco fue decisiva para que su equipo terminara primero la fase de grupos, por delante del Oporto. Esperó al primer encuentro de las eliminatorias directas, la ida contra el Sevilla en octavos de final, para estrenarse. Marcó el 2-1, un gol decisivo para que el Leicester remontara en su estadio y desde entonces, ya sin Claudio Ranieri en el banquillo, ha marcado cinco goles más y ha dado dos asistencias. El «9» del Leicester ha participado en ocho goles de su equipo en los últimos ocho partidos, de los que el Leicester sólo ha perdido dos, contra el Sevilla y el pasado fin de semana en la Premier.

Vardy ha recuperado el buen camino, ése al que tanto le ha costado llegar. Y, de paso, ha devuelto al Leicester a su lugar. Para eso se quedó esta temporada en el club a pesar de las ofertas que le llegaron. «Tengo todavía mucho por hacer aquí», decía para explicar su continuidad en el club. «Hay una hermandad increíble», añadía. La prueba era que la plantilla se reunió en casa del «9» para ver el empate del Tottenham contra el Chelsea que acabó dando el título al Leicester. Pero algo se torció y nada volvió a ser lo mismo hasta la salida de Ranieri.

Algunos medios y muchos aficionados culparon a Jamie del despido del entrenador que hizo campeón al club por primera vez en su historia. Llegó a recibir amenazas en persona y a través de las redes sociales. «La historia está ahí, la gente se sube en ella y acabas recibiendo amenazas de muerte sobre tu familia, tus niños...», explicaba a los medios ingleses hace unas semanas.

Ahora todo parece regresar a la normalidad. Vardy marca goles y el Leicester gana. El internacional inglés no acostumbra a rendirse con facilidad. A los 16 años el Sheffield Wednesday, el equipo del que es aficionado, lo rechazó por bajito. A los 25, el Leicester pagaba por él un millón de libras cuando jugaba en la Quinta división. Era el traspaso más caro para un futbolista que no jugaba en las ligas profesionales. Por el camino, un trabajo en una fábrica de prótesis médicas y seis meses con una tobillera electrónica de localización por participar en una pelea en un pub. Un futbolista de barrio que asusta en Europa.