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La meta sigue a un paso

La Juve remontó en el Pizjuán. Polémica actuación de Clattenburg. Una derrota por más de un gol en Lyon enviará al Sevilla a la Liga Europa.

Giorgio Chiellini y Mariano Ferreira en un momento del partido
Giorgio Chiellini y Mariano Ferreira en un momento del partidolarazon

La Juve remontó en el Pizjuán. Polémica actuación de Clattenburg. Una derrota por más de un gol en Lyon enviará al Sevilla a la Liga Europa.

El Sevilla no está todavía en los octavos de final de la Champions. Y puede que no esté nunca, porque una derrota por más de un gol en el campo del Olympique de Lyon lo mandará a su querida Liga Europa. Anoche, perjudicado por un arbitraje muy desagradable, sufrió la remontada de una Juventus cuajada de oficio.

La baja de Nasri, suplida con Iborra, sobrecargó de centímetros la alineación sevillista. En consecuencia, Nico Pareja se quedó en la zona de rechace en el primer córner, mal despejado por Evra. La pelota le cayó llovida al central, que volvió a demostrar su pegada con una volea en escorzo imposible para Buffon. Frente a un rival con semejante ADN defensivo, ponerse por delante antes del minuto diez es una bendición que Sampaoli aprovechó ordenando un repliegue que obligase a los italianos a dejar espacios.

Las costuras de la Juventus reventaban por su flanco derecho, donde el bisoño Rugani demostró que le faltan unas cuarenta temporadas para adquirir el «savoir faire» del Chiellini. Crudito como un steak tartar, se convirtió en una suculenta cena para la collera Escudero-Vitolo. Para colmo, su ayudante era el ex sevillista Dani Alves, que nunca fue un titán defensivo y que a la vejez, directamente, pasa de replegarse. Estaba pasando muy mala noche la «Vecchia Signora», que se libró por poco en dos ocasiones del segundo gol, hasta que Mudo Vázquez se ganó a pulso una expulsión justa, sí, pero que ya mostraba cierta predisposición de Clattenburg a ayudar al grande.

Avisaron los visitantes antes de empatar mediante Cuadrado, con un centro-chut bien repelido por Sergio Rico, y Khedira, cuyo disparo lejano lamió la cruceta. Poca cosa para un equipo con tanto nombre y en superioridad. Ocurrió que en un córner, cuando ya se jugaba la prolongación, el árbitro pitó sin que nadie, incluidos los futbolistas de azul, supieran el motivo. Había visto el inglés un agarrón de alguien a alguien, a saber, pero el tío pitó penalti y se quedó tan ancho. Marchisio empató en medio de una bronca apocalíptica. No es para tanto: al Sevilla le regalan cositas contra el Dépor y el Alavés, pero le meten la mano en la cartera contra los colosos de Europa. La vida es así.

No hubo partido en la segunda mitad. Este Sevilla no ha sido construido para contener, pero como Pjanic y Marchisio monopolizaban el balón, tuvo que plantarse a contraestilo en su mitad de campo, encomendada la ofensiva a una carrera de Vitolo. Cuando las fuerzas empezaban a flaquear, llegaron malas noticias de Zagreb, donde Lacazette adelantaba al Olympique. Sin crear ocasiones, la Juve había ido encerrando poco a poco a un rival que encaró el cuarto de hora final atrincherado. El gol de Bonucci cayó como un mazazo de lógica y Mandzukic puso la rúbrica. Lyon dictará sentencia.

- Ficha técnica:

1 - Sevilla: Sergio Rico; Mercado, Nico Pareja, Rami; Mariano (Kranevitter, m.76), N'Zonzi, Iborra, Escudero; Franco Vázquez, Vietto (Sarabia, m.46) y Vitolo.

3 - Juventus: Buffon; Dani Alves, Bonucci, Rugani, Evra (Sturaro, m.72); Khedira, Marchisio, Pjanic (Kean, m.84); Cuadrado (Chiellini, m.86), Mandzukic y Alex Sandro.

Goles: 1-0, M.9: Nico Pareja. 1-1, M.47+: Marchisio, de penalti. 1-2, M.84: Bonucci. 1-3, M.94: Mandzukic.

Árbitro: Mark Clattenburg (Inglaterra). Expulsó por doble amarilla al local Franco Vázquez, que las vio en los minutos 31 y 36, y al técnico sevillista, Jorge Sampaoli (m.56), por protestar. Además, amonestó al local Iborra (m.94) y a los visitantes Mandzukic (m.24), Khedira (m.42), Evra (m.65) y Cuadrado (m.72).

Incidencias: Partido de la quinta jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones, disputado en el Ramón Sánchez Pizjuán ante unos 40.000 espectadores, entre ellos unos 1.700 italianos, que prácticamente llenaron el graderío. Césped en regulares condiciones.