España
En el momento exacto
A Carlo Ancelotti le preguntaron por el partido de Morata frente al Málaga, el sábado: «Morata ha trabajado mucho defensivamente», dijo. Después se quiso saber su opinión sobre el papel de Illarramendi: «Illarra ha mejorado mucho defensivamente», aseguró. ¿Y en general, qué tal ha estado el equipo?: «Hemos trabajado más en defensa Todos los jugadores estaban concentrados para defender mejor. Hemos conseguido una recuperación de balón rápida», valoró el técnico.
La defensa, es la defensa, parecía decir Carlo Ancelotti, eso es lo primero que hace bien un equipo que quiere atacar como el Real Madrid. Hay que protegerse, defender bien y que lo haga todo el equipo, lograr, en definitiva, el equilibrio. Es lo que lleva persiguiendo el técnico italiano desde que empezó la temporada. Le preocupaba que con la calidad de los futbolistas de ataque, el Real Madrid se olvidara de mirar la portería de Diego López, que jugase con demasiados riesgos y más cuando el equipo necesitaba tiempo para hacerse.
Contra el Málaga fue el primer partido de Liga en el que los blancos terminaron sin recibir un gol y en el que, por ejemplo, más balones se robaron. Schuster, entrenador del conjunto andaluz, aseguró enfadado que no podía valorar la defensa del contrario porque sus jugadores no la habían inquietado durante los noventa minutos. Pero aparte de los defectos del Málaga, fueron las virtudes del Real Madrid las que propiciaron eso.
El equipo ha pasado a hechos lo que estaba en la cabeza y las explicaciones del entrenador. Y lo ha conseguido en el momento justo, cuando más falta hacía. Pasado mañana, recibe a la Juve en la Liga de Campeones, el rival más duro del grupo en una competición que ya está encaminada; pero el sábado se plantará en el Camp Nou.
Un calendario que hace quince días, antes del parón por los partidos internacionales, inquietaba un poco a los aficionados: veían muchas dudas en el juego del equipo: aún faltaba por hacerse y había pasado problemas con rivales de talla menor. Faltaba intensidad y los contrarios llegaban con facilidad al área.
Hoy, en cambio, ganan las certezas. Y el calendario es tan importante como antes, pero hay una diferencia fundamental: ya no se piensa que estos partidos van a medir a Carlo Ancelotti en el banquillo, sino que van a servir para confirmarlo.
Un nuevo estado de ánimo
Con tanto fútbol en tan pocos días, un buen partido cambia el estado de ánimo, abre las ventanas y deja muy atrás las famosas reuniones. Ha cambiado la perspectiva. Aunque nadie en el club hablaba del partido del Camp Nou como un duelo decisivo cuando tanto quedaba por jugarse todavía, sí se sabía que era una fecha importante para que el equipo llegase más hecho, más maduro. Ancelotti siempre ha mantenido la calma. «Vamos a jugar mejor», repetía el técnico italiano a quien le quisiera oír. Con los futbolistas que tiene en la plantilla, sólo pedía paciencia para encontrar el estilo de juego del equipo. Necesitaba que las piezas encajaran y contra el Málaga el mecanismo comenzó a girar como se supone que va a hacerlo esta temporada.
Lo que eran dudas y desconfianza, hoy es optimismo. El futuro, que aún era un incógnita; hoy está mucho más definido. El equipo jugó más compacto, con la defensa adelantada y con más esfuerzo defensivo para robar balones arriba y llegar rápidamente al área de Caballero. Fue un Real Madrid más intenso, más concentrado, al que sólo le faltó marcar más goles para demostrar su contundencia. Posiblemente se vio al equipo más entero en lo que llevamos de temporada. Un conjunto que ya comienza a asimilar lo que se le pide, donde los futbolistas ya encuentran el tono físico o el ánimo mental que hasta ahora no tenían. Uno de los que mejor jugó fue Khedira, que días antes se había quejado del trato que recibía en España.
Contra el Málaga, Ancelotti cumplió lo que había anunciado: que Illarra, Khedira e Isco jugarían en el centro del campo. Los dos primeros mostraron estar más ajustados que nunca. Khedira se situó más adelantado, mientras que Illarra era el que comenzaba el juego del equipo. El alemán completó una actuación notable. Era el primero que empezaba la presión y no dudaba en llegar al área, también uno de los primeros, para buscar el remate. Se le vio más ligero, con más actitud. La intensidad del alemán y de Illarra contagió al resto del equipo. Ancelotti les ha pedido que la mantengan en el futuro, para pasar con nota la semana que llega.
Al final, el sábado, está el Camp Nou, que hace tiempo que no impresiona a los compañeros de Ronaldo. Ya están acostumbrados a buenos resultados allí y ahora la distancia con el Barcelona son sólo tres puntos y no los cinco con los que el equipo blanco ha pasado los últimos quince días. Lo dijo Carlo Ancelotti el viernes en la conferencia de Prensa antes del partido: «Ha cambiado la atmósfera». Es lunes. El Real Madrid va a competir.
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