F. C. Barcelona
«Es uno más de la plantilla»
Los médicos que operaron a Abidal hablan de una recuperación sin precedentes «Un día no podía soportar el dolor», dice el jugador
«Está bien, sólo hay que verle, jugando al fútbol», dice uno de los médicos que participó en el trasplante de hígado a Abidal a causa del tumor que tenía el defensa en esa zona. Poco más de un año después de la intervención, el jugador del Barça volvió a los terrenos de juego: el 6 de abril disputó 21 minutos contra el Mallorca y el domingo pasado, 11 contra el Zaragoza. ¿Un milagro? «No sé si se puede hablar de milagro porque no hay antecedentes de algo parecido con una enfermedad así», continúa el doctor. El caso de Abidal es único.
El 15 de marzo de 2011, el Barcelona informó de que se le había detectado el tumor. Le operaron y dos meses después volvió a jugar, incluso fue titular en la final de la «Champions» que el Barça ganó al Manchester en Wembley. Pero en marzo de 2012, poco más de un año después de los primeros síntomas, se vio obligado a recibir un trasplante de su primo Gerard. Abidal siempre mantuvo una actitud positiva respecto a la enfermedad y en el vestuario han reconocido que en todo momento era el propio Eric el que les daba ánimos. Su condición de deportista es un plus a su favor, pero sólo él sabía lo que estaba pasando, y ayer hizo públicos algunos de sus pensamientos en una entrevista a la cadena gala TF1. «Los doctores me dijeron que había mucho líquido en mi vientre y se preguntaban cómo podía soportar el dolor», explica Abidal. Pese a que la condición general del defensa era buena para un trasplante –pocas semanas antes había estado jugando–, la recuperación de una intervención así hay que llevarla con cuidado y a menudo surgen complicaciones. En el caso del futbolista francés hubo una pequeña fuga de líquido, por lo que tuvieron que hacerle una nueva operación para taponarla. «Sufrí. Me acuerdo de un domingo que no soportaba más el dolor. Pedí a los médicos que me indujeran al coma», es otra de las reflexiones del zurdo, aunque esa opción no era una posibilidad. Lo único que podían hacer era tratar de calmarle ese dolor. «Sí sufrió, como todos los que se someten a una intervención de este tipo», continúa el médico. Una de sus principales labores es reforzar el estado de ánimo del paciente, que siempre estuvo alto. También, en cierto sentido, hacerle ver lo que había en juego. «Lo que intentábamos era salvarle la vida, que pudiera seguir viviendo con calidad», insiste el galeno. «Mi objetivo sigue siendo el mismo: continuar haciendo mi vida, el fútbol. Creo que he luchado para poder terminar de una forma hermosa, es decir, sobre el terreno de juego», afirma el propio futbolista, que, reconoce, nunca pensó «en la muerte» («Sé que Dios decide», piensa), aunque durante algún momento del proceso sí llegó a plantearse que con seguir adelante ya tenía bastante.
Eric perdió 19 kilos de peso. «Se ha recuperado bien», analizan quienes le operaron. Abidal cumple contrato en junio y le gustaría seguir jugando al fúbol y seguir haciéndolo en el Barcelona. «Es un miembro más de la plantilla», asegura el médico. ¿Y si sufre, por ejemplo, un pelotazo en la zona? «Como si lo sufrimos tú y yo», insiste el doctor.
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