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El Barça, contra su trauma

El equipo azulgrana debuta en su primera Champions sin Messi en los últimos 17 años. Lo hace contra el Bayern, el equipo del 2-8 que removió todos los cimientos de la entidad

Depay y Frenkie De Jong, en el último entrenamiento antes del Barcelona - Bayern de Champions
Depay y Frenkie De Jong, en el último entrenamiento antes del Barcelona - Bayern de ChampionsAlejandro GarciaEFE

El trauma del Barcelona en la Champions llegó a su punto máximo (¿o no?) contra el Bayern Múnich. El 2-8 de los cuartos de final de 2020, en la burbuja de Lisboa, y la impotencia que sintió el equipo desencadenó –o fue la gota que colmó el vaso– lo que vino después: el burofax de Messi, la dimisión del presidente Bartomeu unos meses después, el desgobierno hasta las nuevas elecciones... Mantuvo el tipo el equipo de alguna manera la pasada temporada, viniendo de donde venía, con la conquista de la Copa y una parte media de Liga muy buena, que incluso le hizo soñar con ser campeón. Lo de Europa fue otra cosa, lo mismo de la historia reciente: el PSG asaltó el Camp Nou con Mbappé, pero ya casi ni fue una sorpresa. Lo del Bayern fue la confirmación de que algo no iba bien. Porque sí, el descalabro de Roma dos temporadas antes se podía entender como un tropiezo, un mal día. Lo de Liverpool, después, ya era más difícil de justificar y lo de Lisboa contra los alemanes fue verse de cara con una realidad: el Barcelona ya no estaba entre los mejores equipos del continente. No estaba, pese a tener a Messi, la excusa de siempre, la cantinela repetida curso tras curso: «Ojo, que tenemos a Leo, al mejor». Pero ni él ni con él consiguieron poner remedio a los males.

Leo ya no está y el equipo azulgrana se reencuentra con el fantasma del Bayern. «Ha pasado tiempo desde el 2-8 y estamos mentalizados de que debe ser diferente. Tenemos que salir a por el partido. Son equipos diferentes y circunstancias diferentes», opinó el capitán, Sergio Busquets. Más de la mitad del once titular de hoy ya estuvo en ese partido maldito: Ter Stegen, Piqué, Alba, Busquets, De Jong, quizá Sergi Roberto... La gran diferencia es que en el banquillo está Koeman, no Quique Setién, la presencia de jóvenes como Pedri y la ilusión que han generado los primeros partidos de Memphis Depay. El ataque sí está cambiado completamente. «Hay jugadores de este equipo que han sufrido mucho por aquella noche y ahora tienen la oportunidad de revertirlo. Tenemos que jugar con mucha intensidad y buscar nuestro estilo para hacerle daño al Bayern», dijo el técnico, que rebajó su tono para referirse al presidente Joan Laporta después de alguna declaración en la que dejó entrever cierta discrepancia. «Nuestra relación es buena y si hay cosas nos hablamos. Los dos queremos lo mejor para el club, eso es lo más importante. Pero claro que hay cosas de las que hablamos. No hay ningún problema con el presidente. Es una relación perfecta para mí», explicó el preparador neerlandés, que suele ser bastante directo ante los medios y no esquiva ningún tema.

Después de 17 años de «relación», cada cosa que hace el Barcelona ahora es «la primera sin Messi en mucho tiempo». Se sigue hablando del argentino en el Camp Nou, claro. «Me quedé en estado de ‘’shock’' por todo lo que era Leo para el Barça y personalmente también por mi familia, por la suya, un cúmulo de sensaciones difíciles de digerir. Pero no dependía de nosotros. Ha sido duro, pero debemos intentar cambiar el chip y jugar sin Leo con todo lo que aportaba a nivel individual y colectivo», desveló Busquets, que soltó un «¿por qué no?» a las opciones del conjunto español. De lo que resulta difícil hablar sin el «10» es de si este Barça puede ser campeón de Europa. Se calla Koeman ante la pregunta. Busquets recuerda que el Chelsea tampoco partía el curso pasado entre los principales candidatos y terminó levantando la «Orejona». Vinieron a decir un «ya veremos cómo evoluciona la temporada». Tiene mucha confianza en su trabajo.

La gran diferencia del Bayern también está en el banquillo. Ya no está Flick, está Nagelsmann, joven de 34 años que afronta el desafío del gigante muniqués después de su gran trabajo en el Leipzig, y que no se fía de su rival. «Ahora juegan distinto. Lionel es un futbolista que hace girar el juego en torno a él y al que los compañeros buscan. Ahora la responsabilidad se reparte entre varios. Con Memphis Depay y Luuk de Jong tienen dos nuevos atacantes muy interesantes con otras cualidades. Yo no diría que ahora son peores sin Messi», opinó. De nuevo Leo en el centro de las declaraciones, protagonista sin jugar el partido.

Nagelsmann es otro preparador alemán al que le gusta que su equipo tenga una gran intensidad, lo que asfixió al Barcelona el famoso día de Lisboa. Volver a enfrentarse al equipo germano será como una terapia de choque, cara a cara con sus miedos, de la que puede salir más frustración o una liberación.