LaLiga

Un golazo de Lamine Yamal da la victoria al Barcelona (1-0), que vive de dos adolescentes

Lamine Yamal en ataque y con un golazo y Cubarsí en defensa dan el triunfo a los azulgrana ante un Mallorca que se defendió de maravilla. Gündogan falló un penalti

BARCELONA, 08/03/2024.- Los jugadores del FC Barcelona, Lamine Yamal (i) y Pau Cubarsí, a la finalización del encuentro correspondiente a la jornada 28 de primera división que FC Barcelona y Mallorca disputan hoy viernes en el estadio Lluis Companys, en Barcelona. EFE / Alejandro García.
Lamine Yamal charla con Cubarsí tras vencer al MallorcaAlejandro GarciaAgencia EFE

El partido del Barcelona contra el Mallorca (puede ver aquí la ficha y el minuto a minuto) entraba en la fase de los nervios, avanzaba la segunda parte con 0-0 y el público de Montjuïc pitaba porque su equipo no estaba jugando bien. Era el momento de la experiencia, del hay que ganar como sea para que la Liga no se les escapara... Pero todo eso en este equipo lo pone un adolescente, no un veterano, Lamine Yamal. A veces le sale, a veces no, faltaría más. Es deporte, pero es que además tiene 16 años.

Pero era descarado: o inventaba Lamine, o nada. Y vaya si inventó: el quiebro en seco para que la pelota se le quedara en la pierna izquierda, y el remate suave, sutil, con curva, ante el que Rajkovic, el portero del Mallorca, que había hecho un par de buenas intervenciones, sólo pudo mirar cómo el balón le superaba y besaba la red. Ni intentó ir a por ella. Un gol que dio tres puntos al Barcelona y anima al equipo a la espera del Nápoles, el martes.

Hasta ese momento, el conjunto de Xavi, que estaba en la grada, sancionado, encontró el muro esperado en el Mallorca y no podía derribarlo ni de penalti. Cuando Iglesias Villanueva fue al monitor del VAR a revisar la acción entre Copete y Raphinha y decidió que la patada en el tobillo era merecedora de penalti, parecía una alivio para los azulgrana, pero quedaba por romper el último ladrillo de la pared, el portero Rajkovic, que adivinó la intención de Gündogan y detuvo la pena máxima con solvencia.

Se escapaba la oportunidad más importante, casi la única, de una primera parte en la que el conjunto insular, el flamante finalista de Copa, no estaba muy incómodo. No consiguió meterle en el área su rival y lograba conectar con sus jugadores de ataque, con Muriqi para que jugara de espaldas y con Larin para que saliera a la carrera, peligroso este último en los desmarques, pero con problemas en el remate y que se encontró con la resistencia de Cubarsí, que protagonizó otra fantástico encuentro tanto en la salida de balón como en el aspecto defensivo. No tiene el físico imponente de Araujo, pero sí es muy listo dentro del campo. Si un adolescente fue el líder en ataque, otro, de 17 años, lo era en defensa. Salvo en un par de ocasiones en las que la presión del Barça le hacía recuperar rápido y poder atacar más directo, el partido se movía lejos de las áreas, lo cual era un éxito para los chicos de Javier Aguirre.

En la acción del penalti, por cierto, se lesionó Raphinha, que estaba actuando de interior. No aguantó (aunque parece que es sólo un golpe) y entró en su lugar Fermín, cuyo ímpetu pareció animar a su equipo, pero no fue suficiente. Se llegó al descanso entre ese murmullo tan significativo de la afición del Barcelona cuando el equipo no carbura. Se esperaba más de futbolistas como Joao Félix, algo pasivo y sustituido con 0-0 por Vítor Roque. Perdió la oportunidad y apunta al banquillo contra el Nápoles. Gündogan estaba activo, pero falló un par de pases además del penalti y perdió mucho balones. A Marc Guiu, el delantero sorpresa en lugar de Lewandowski, le costaba encontrar posiciones de remate porque lo que sucedía detrás de él no funcionaba.

Los intentos lejanos también rebotaron en el muro. O en el larguero, como el tiro de Lamine Yamal. Esta vez el chaval optó por la potencia y Rajkovic tocó lo justo. Antes Muriqi también cabeceó al larguero, pero estaba en fuera de juego. La entrada de Lewandowski y Vítor Roque dio un punto más de intensidad al Barcelona y en esos momentos fue cuando marcó Lamine Yamal.

Mejoró el cuadro catalán, pero el encuentro se mantuvo vivo hasta el final del encuentro porque el Mallorca se asomaba de vez en cuando a la portería de Ter Stegen, que, eso sí, tampoco tuvo que parar ninguna importante.