Josep Guardiola
Guardiola, el nuevo kaiser
«Toca volver a entrenar. He extrañado el juego en sí», asegura. Ya está recibiendo clases de alemán
El Bayern de Múnich sorprendió a todos anunciando el fichaje de Guardiola y dejó con un palmo de narices a los grandes clubes de la «Premier» que ansiaban el fichaje del ex técnico del Barcelona. Pero analizando con un poco de detalle el ideario futbolístico de Pep, su elección resulta la más lógica. No hay otro equipo que busque entrenador como el Bayern para implantar su filosofía. Ningún otro se adapta a ella como sucede con el conjunto alemán. En el Allianz Arena ya saben el menú que les espera a partir de junio: mucha posesión de balón, defender atacando y juego por bandas. «Es evidente que cuando uno va a entrenar al sitio que sea tiene que transmitir aquello que siente. El sistema del Barça podían decir que era muy complicado, pero en realidad era muy sencillo: tener el balón y a ver si nos lo quitaban; nos lo pasábamos lo más posible e intentábamos hacer gol. Es lo que aprendí de mis predecesores y lo que intentaré transmitir siempre», expone el propio Pep.
El técnico ha llenado el vacío que se le creó después de cuatro años al frente del Barcelona. Medio año viviendo en Nueva York, lejos de la presión vivida en el Barça, y disfrutando de la familia ha sido suficiente para que su depósito se haya llenado. «Ahora estoy bien. Llegó un momento en que decidí que ya basta. La familia también se merecía mucho más de lo que le pude dar en los últimos años. Estoy disfrutando de una vida diferente, pero sólo tengo 41 años y toca volver a entrenar», destacó el nuevo entrenador del Bayern en una entrevista concedida a la web oficial de la FIFA el pasado 7 de enero.
Más de un año alejado de los banquillos hubiera supuesto un mundo para un enfermo del fútbol –en el buen sentido– como Guardiola. «Durante este tiempo he extrañado el juego en sí. De todo el resto de cosas que rodea el fútbol, pocas he echado de menos», argumenta. «He extrañado cosas como la forma de jugar de un equipo, saber cómo ganarle, las particularidades tan precisas referidas a qué jugadores tienes y puedes utilizar para ganar un partido. Todo esto es la única razón por la que estoy en este invento del fútbol. Si no fuera por esto...», añade.
Una de las prioridades de Guardiola antes de asumir el mando del Bayern es aprender el idioma. El técnico siempre tiene la opción de usar un traductor durante sus primeros meses, pero cree firmemente que para transmitir todas sus ideas con éxito debe hacerlo en alemán, sin interlocutores por medio. Pep no sólo ha perfeccionado su inglés durante su etapa en Nueva York, en las últimas semanas ha empezado a recibir clases de alemán, una vez tenía claro su futuro.
A Guardiola no le da miedo la presión que suponen todos los éxitos cosechados en el Barcelona. «Prefiero vivir así, con todo lo que he conseguido, que ir a un sitio donde tienes que ganártelo», defiende el técnico, al que los éxitos no le ciegan a la hora de valorar su carrera: «Cuando empecé en el Barcelona, un 86 u 87 por ciento de la gente no me quería. Ahora, debido a lo bien que ha ido todo, hay más interés en mí. Hicimos lo que hicimos entre todos, entre muchísima gente, y me llevo los recuerdos de todo lo que he vivido estos años pasados. Da igual lo que digan ahora, lo que he vivido me pertenece a mí y nadie me lo puede quitar».
Una vez elegido su destino, Guardiola debe acordar ahora con el Bayern la composición de su equipo de trabajo. Se espera que el técnico cuente con personas de su absoluta confianza, pero también que profesionales del club integren esa estructura. Manel Estiarte abandonó el Barcelona junto a Pep y es uno de los que parece fijos en su nueva etapa en Alemania. Estiarte es una de las personas más cercanas a Pep, y su labor –tanto en el vestuario como en las relaciones externas– es muy apreciada por el técnico. La gran incógnita, por eso, sigue siendo el nombre del que se convertirá en su segundo entrenador.
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