La segunda vida de Ronaldinho

"Era el título que me faltaba", dice Ronaldinho después de ganar la Copa Libertadores. Su equipo, Atlético Mineiro, tuvo que recurrir a los penaltis para derrotar a Olimpia de Asunción, igual que había ocurrido en las semifinales, cuando apartó del camino al Newell's que todavía entrenaba "Tata"Martino. En la final, como en las semifinales, Mineiro perdió 2-0 en la ida e igualó el resultado en la vuelta para decidir después desde los once metros. En la noche del miércoles Ronaldinho se había reservado el quinto, pero no hizo falta. Dos errores de los paraguayos le dieron el trofeo sin necesidad de que él lanzara.

Con ese título, "Ronnie"se convierte en el primer futbolista que gana la Liga de Campeones, la Copa Libertadores y el Balón de Oro. Antes que él Sorín, Walter Samuel, Tévez, Dida, Roque Júnior y Cafú habían conseguido ganar el máximo trofeo continental en Europa y América, pero ninguno de ellos fue elegido nunca el mejor jugador del mundo.

Ahora, a los 33 años, Ronaldinho ha cerrado el círculo. Algo que parecía imposible cuando Pep Guardiola prescindió de él al llegar al banquillo del Barça. Su marcha al Milan parecía un primer paso hacia la jubilación. "Si sintiera que él quiere, que siente que puede volver a ser el jugador que fue, quizá se podría plantear su continuidad", decía Guardiola en su presentación como técnico del Barcelona. Pero la imagen del brasileño se había deteriorado en sus últimos meses en el club. Había ganado peso y había perdido fútbol. Dos cosas que Pep no estaba dispuesto a permitirle.

En Milán vivió dos temporadas y media lejos del nivel que había mostrado en Barcelona. Su huida a Brasil para jugar en Flamengo parecía solo la confirmación de que se había perdido definitivamente para el fútbol. Pero en su país ha encontrado una segunda juventud, especialmente desde que fichó por el Atlético Mineiro. Ha recuperado su mejor nivel e incluso ha regresado a la selección, aunque Scolari lo dejara fuera del equipo que disputó la Copa Confederaciones. Le falta fuerza y físico para el juego que exige Felipão a sus internacionales. Pero está cerca del mejor nivel que ofreció en Europa. "Ronnie"disfruta su segunda vida.