Restringido
Leo se vuelve a superar
Su última gesta tiene un mérito que se escapa de lo deportivo. El mejor futbolista del mundo demostró que lo suyo es un don divino. Su semana había sido demasiado dura. Viaje transoceánico, partido exigente con gol salvador en el 88 y vuelta a Barcelona. Sólo un día para preparar el duelo del Calderón. Y entonces la naturaleza decidió que naciera su segundo hijo. No pudo entrenar, pero Luis Enrique le incluyó en la lista de convocados. Pactaron la suplencia porque hacer jugar de inicio a Messi hubiera sido demasiado arriesgado.
- Comprometido
Llegados a este punto, cualquier mortal que se hubiera pegado la paliza de Leo y que hubiera vivido las emociones de una paternidad habría necesitado un descanso. Pero no, el argentino volvió a dejar claro su compromiso. Con media hora bastó. Su presencia lo cambió todo. Demostró por qué es el mejor de la historia.
- Decide
Bendita casualidad. Mientras Cristiano marcaba cinco tantos en un partido cómodo y lucía su cuenta particular, Messi anotaba un gol decisivo en un partido clave y ante un rival directo. Y lo hizo sin entrenar y con la cabeza puesta en Mateo, que ya tiene su gol dedicado. Leo se ha vuelto a superar.
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