Messi vive un calvario

Leo Messi encadena un disgusto tras otro. Su equipo gana y gana, pero la «Pulga» sufre y sufre. No lo pasa bien el argentino cuando no marca y eso ya ha sucedido en las últimas cinco jornadas de Liga. Pero peor le va cuando se lesiona y eso es algo que se está convirtiendo peligrosamente en una rutina esta temporada, en la que no ha podido enlazar más de cinco partidos seguidos sin sufrir algún tipo de percance. El bíceps femoral es el músculo que le provoca pesadillas. Y tiene dos en su cuerpo, así que el calvario no tiene fin.

Messi apenas duró veinte minutos sobre el lamentable césped del Benito Villamarín. Después de un regate recibió un golpe de Caro y en el escorzo posterior, intentando dar un pase de gol a Neymar, ya notó que algo no iba bien. Se llevó la mano a la pierna izquierda y dibujó una mueca en su rostro. Se pegó a la banda, al lado del banquillo, sin moverse, esperando que la pelota saliera del campo para ser sustituido por Iniesta. Curiosamente, Leo se sentó en el banquillo y no fue abordado por los médicos. Quizás intentaba minimizar el percance, pero los problemas que tuvo para subirse al autobús camino del aeropuerto evidenciaron la presencia de una nueva lesión. Tras abandonar el terreno de juego, el argentino se quedó pensativo, mientras intentaba olvidarse de lo sucedido y disfrutar con una nueva victoria de sus compañeros. Pero no pudo.

El parte inicial de los servicios médicos desveló la existencia de una lesión en el bíceps femoral de la pierna izquierda, aunque el alcance no se conocerá con exactitud hasta que se someta a las pertinentes pruebas durante la mañana de hoy. Claro que hablar de exactitud con los partes médicos del Barça sobre Messi es una temeridad.

Después de cinco temporadas sin sufrir lesión muscular alguna, la pesadilla de Messi comenzó en París a finales de la temporada pasada y está acentuándose en este curso, que comenzó con un leve percance ante el Atlético en la ida de la Supercopa en agosto. Una semana de baja por problemas en el bíceps femoral de la pierna izquierda. El problema cambió de pierna, no de músculo, a finales de septiembre, cuando tuvo que estar tres semanas sin jugar tras lesionarse en Almería. «Seguramente, tendremos que hablar con Leo para ver si tiene cierto grado de intranquilidad. Es el tercer episodio y no sabemos cómo puede afectarle a la cabeza», admitió Martino. «Yo sufrí algo similar durante un año y medio en el Arsenal, y no lo pasas nada bien», apuntó Cesc Fàbregas.

El centrocampista de Arenys vivió las dos caras del partido. Dio un pase de gol y anotó dos, pero tuvo que ser sustituido por problemas en el ligamento lateral interno de la rodilla derecha y hoy también tendrá que ser sometido a varias pruebas. Al margen de la lesión, Cesc se mostró resignado ante su situación. Está rindiendo a un nivel muy alto, pero no acaba de tener la confianza total de Martino. «Sé cuál es el equipo titular que tiene el entrenador en la cabeza y yo no estoy en él», confesó el centrocampista más productivo del Barça.