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Rusia

Los jóvenes que llevaron la Selección a Barcelona

Las numerosas trabas del Ayuntamiento obligaron a estos amigos amantes de la Roja a movilizarse para poder instalar pantallas gigantes para el Mundial. Hoy reciben a 1.000 aficionados en el campo de l'Àliga

Antonio Llamas, Alberto Giral, Román Jané y Manuel Hernández han sido los encargados de movilizar a la gente para poder instalar pantallas gigantes en Cataluña larazon

Las numerosas trabas del Ayuntamiento obligaron a estos amigos amantes de la Roja a movilizarse para poder instalar pantallas gigantes para el Mundial. Hoy reciben a 1.000 aficionados en el campo de l'Àliga.

Antonio, Román, Manuel, Nacho y Alberto tenían un objetivo: seguir a la Roja. Una meta sencilla en cualquier parte de España, salvo en Cataluña. El desafío independentista, la revolución que impulsó Carles Puigdemont potenció entre sus radicales seguidores el rechazo (incluso el odio) a todo lo que tenga que ver con España y el fútbol no quedó al margen. Así que estos veinteañeros se pusieron manos a la obra para que también esa mitad de catalanes que no son independentistas y que lucen con orgullo la bandera nacional, pudieran disfrutar de las jornadas del Mundial y acompañar a la Selección desde tierras catalanas. Tenían todavía en el recuerdo las dificultades que pasaron en 2016 durante la Eurocopa. Entonces reunieron más de 40.000 firmas para que se les permitiera seguir los partidos en pantalla grande en las calles de Barcelona. Aquel año, en un primer momento, les dijeron que podrían verlo en la Plaza de Cataluña y así lo hicieron, pero finalmente aquello acabó en una multa de 12.000 euros que, evidentemente, ellos no podían costearse. Gracias a una campaña de «crowdfunding» pudieron cumplir con la penalización administrativa.

Así que, teniendo en cuenta la mala experiencia, no querían que en esta ocasión ocurriera lo mismo. Aprendieron de los errores (propios y ajenos) y optaron por organizar todo con sobresaliente profesionalidad. «En 2015, los cinco amigos, montamos ''Barcelona con la Selección'', nos gusta el mucho el fútbol. Por eso queríamos poder reunirnos con toda la gente que sigue a la Roja y que el Ayuntamiento nos dejara un espacio para disfrutar tranquilamente de los partidos. Fue algo espontáneo, pero, poco a poco, se hizo más grande y ahora el movimiento que fundamos tiene más de 10.000 seguidores en las redes sociales», explica Antonio a LA RAZÓN. Conscientes del ambiente de crispación desatado tras el referéndum ilegal del 1-0, lo que tenían muy claro es que no querían que esto se convirtiera en algo polémico, que no incomodara a nadie, aunque claro está que a los secesionistas cualquier movimiento les sonaría a ofensa.

Comenzaron a buscar espacios donde instalar las pantallas. «Pensamos en lugares no vecinales, para que los posibles ruidos durante la celebración de los partidos no incomodaran a los que no quisieran ver el fútbol», añade el joven. En abril se reunieron con representantes del Ayuntamiento, en concreto ese mes mantuvieron una reunión con Marta Carranza, concejala de deportes. «Nos dijo que nos apoyaría, todo fueron buenas palabras y nos dejó claro que su intención era que todos aquellos que quisieran ver el Mundial en pantalla gigante pudieran hacerlo», explica Román. Pero esa actitud positiva inicial no lo fue tanto cuando, semanas más adelante, tuvieron que concretar el lugar en el que iba a realizarse el evento. «No nos ofrecieron ningún espacio concreto, querían que fuéramos nosotros directamente los que se lo diéramos. Ni siquiera querían retransmitir el primer partido, sólo las semifinales y la final. Es más la concejala parecía no conocer muy bien la mecánica del Mundial porque hablaba de la primera y la segunda vuelta... Visto lo visto nos sentimos bastante defraudados. Entendemos que ver a la Selección en el Mundial no es lo más prioritario para el Ayuntamiento, pero también considero que no es tan costoso como nos quisieron dar a entender», apunta Antonio.

En este punto optaron por plantear a la concejala tres espacios: el Arco del Triunfo, la Avenida María Cristina y el Fórum, pero no recibieron el visto bueno. La contraoferta del Consistorio fue el Campo de La Báscula y el Velódromo, el cual los jóvenes vieron como una maniobra de la política para alejarles del centro de Barcelona. Lo rechazaron de inmediato y, al entender que toda la burocracia iba a ralentizar la organización del evento, los cinco amigos comenzaron a buscar por su cuenta recintos privados. Así dieron con el Camp de l’Àliga, un campo de fútbol con una capacidad de 1.500 personas. «En ningún momento pedimos al Ayuntamiento dinero ni nada por el estilo, solo los permisos pertinentes para poder realizar el visionado del partido y que no nos ocurriera como en 2016. L’Àgila está céntrico, se llega fácil en coche y tiene buena conexión con los transportes públicos, era la opción perfecta», añade Antonio. Entonces comenzaron a orquestar todo el despliegue por cuenta propia. Lo primero era conseguir patrocinadores porque ellos, alguno todavía estudiante, no podían financiar semejante «espectáculo deportivo».

«Tenemos un técnico de urbanismo que nos está ayudando y que nos gestiona todo el papeleo así como mucha gente voluntaria que dedica su tiempo libre a echar una mano», asegura Manuel. Pero aún así necesitaban encontrar empresas que les financiaran. Tras muchas llamadas y un esfuerzo titánico han conseguido el respaldo económico de LaLiga y Valdebebas Fintech District, que se hará cargo del alquiler del campo ubicado en la plaza de Alfons Comín, así como de los sistemas de sonido. Sin embargo, desde el Ayuntamiento siguen sin ponerles las cosas sencillas. «Acabamos de recibir un correo electrónico en el que nos obligan a reducir el aforo. Nos dicen que tiene que ser de un máximo de 1.000 personas y, encima, nos dicen que dudan de nuestra profesionalidad cuando somos nosotros los que hemos organizado todo y ahora se están atribuyendo el mérito. Pero mira, en el fondo ya nos da igual de quién sea el mérito, lo bueno es que podremos ver a la Selección en Cataluña», confiesa Alberto.

La pandilla de amigos ha realizado un pormenorizado plan de autoprotección en el que se detallan todos los aspectos de seguridad del evento y la gestión del mismo. «Nos da la impresión de que quieren marearnos con papeleos todo el rato. No me parece justo que con todo lo que estamos haciendo encima nos digan que no somos proactivos», critica Manuel.

A la iniciativa de los cinco amigos se han sumado muchas otras. Así, en pro de la unidad y de apostar por la riqueza cultural de la comunidad catalana, esta semana Sociedad Civil Cataluña ha anunciado que se encargará de la retransmisión de los partidos. Bajo el lema «Todos con la Selección Española» narrarán en catalán los encuentros. «Queremos que la Selección, que nos representa, gane la Copa del Mundo y que se va a hacer en catalán porque es una lengua que amamos y que nos identifica tanto como el castellano y porque este tipo de narración en castellano ya se hace», explica José Rosiñol, presidente de Societat Civil Catalana.

Las iniciativas se multiplican en cada rincón de Cataluña para que resuenen los ansiados goles de la Roja en la final del 15 de julio. De hecho han surgido también iniciativas particulares en los colegios e institutos para seguir a la Selección. «Marearojigualda» aglutina a centenares de menores que, con la supervisión de sus padres, participan en actividades lúdicas para disfrutar de jornadas de ocio y deporte. «Es increíble cómo se organizan de bien. Cada colegio tiene un representante y entre ellos se coordinan para apoyar a España. El movimiento surgió de manera espontánea y eso es lo bueno, nadie les dirige. Los que no somos independentistas nos sentimos ahora fuertes porque se nos escucha y nos sentimos respaldados», recalca Manuel.

Resulta curioso que mientras se instalaron pantallas gigantes en Cataluña para seguir el pleno de independencia capitaneado por Puigdemont o la toma de posesión de Ada Colau, no ocurra lo mismo con otro tipo de «espectáculos», más aún tratándose de un evento deportivo mundial como es la presencia de la Selección en Rusia. De momento, «Barcelona con la Selección» ha conseguido que todos los catalanes que lo deseen puedan disfrutar de una tarde de adrenalina hoy en el que España medirá sus fuerzas con Cristiano Ronaldo y compañía. « Y después ya se verá, ya sabes, partido a partido. Está claro que nos gustaría seguir disfrutando del Mundial en pantalla gigante cuando juegue la Roja», sentencia Alberto.