Fútbol
Paciencia lava la cara al Deportivo (1-0)
El Deportivo de la Coruña se ha impuesto este sábado al Málaga (1-0) en el estreno de su nuevo técnico, Domingos Paciencia, para obtener tres puntos muy valiosos de cara a abandonar la última posición de la tabla, en una decimoctava jornada de la Liga BBVA donde el ejercicio local de entrega propició que floreciera la peor versión de los malacitanos.
Las sensaciones previas al partido sonreían con descaro al Málaga. Su última gesta frente al Madrid, tres victorias consecutivas, y el cuarto puesto eran motivos suficientes. Para Domingos Paciencia, sin embargo, el panorama era demasiado oscuro como para fijarse en si alguien sonreía. El nuevo técnico del Deportivo tenía dos puntos a los que agarrarse: su estreno en el banco gallego, y la rotunda estadística de que el Málaga nunca ha ganado en Riazor.
Así, Teixeira Vitienes señaló el inicio de la contienda en un estadio con buena entrada. El ambiente era húmedo, adecuado para que la pelota se deslizase sobre el verde tapiz. Lo aprovechó el conjunto andaluz, moviendo el balón de una banda a otra para dar protagonismo
a sus incisivos laterales (Monreal y Gámez). Comenzaba a aparecer el gran talento del Málaga, Isco, aunque era un islote en medio de la presión que ejercían sobre él los deportivistas.
Apuesta por la intensidad impuesta por el ansia de ganar frente a la tranquilidad de quien tiene asumidos sus mecanismos. Este fue el escenario de gran parte de la primera mitad. Un Deportivo compacto, repleto de ayudas y sin conceder ocasiones, moviéndose al ritmo de sus centrocampistas Bergantiños y Aguilar, intentaba hincar el diente en un sobrio Málaga, consciente de su superioridad y sin desquiciarse por la ausencia de ocasiones manifiestas.
Sí que llegaron las ocasiones a la meta de Willy Caballero. Sirvieron para que el argentino mostrara una vez más el peso del portero en un equipo. El Zamora de la competición detuvo la bolea de Bruno Gama para entrar en calor. Después llegaron Abel Aguilar, Riki, de nuevo Gama, y ninguno encontró puerta. No marcaron, pero fueron el termómetro de un Deportivo que había tomado la iniciativa, con una participación más activa de Pizzi. Aranzubía no quiso quedarse en menos, y frenó a Joaquín en un mano a mano antes del descanso.
EL DEPORTIVO PELEO HASTA QUEDAR EXHAUSTO
El intercambio de golpes continuó en la segunda mitad. Tanto Deportivo como Málaga buscaron a la contra el área rival, estrenar el marcador y anotar un gol en un partido donde no se prevenían muchos tantos. Tras varios avisos, golpearon primero los locales, gracias a un extraordinario gol de Pizzi. Aprovechó un error de Gámez para driblar a Demichelis y fusilar la portería.
No despertaría el Málaga, enrarecido por su posición retrasada. Sirvió para que los locales siguieran su modelo de derroche, corriendo hasta quedar exhaustos. Y lo hicieron, pero antes de que acabara el encuentro. Pellegrini tiró de fondo de armario y refrescó su equipo sin que se notaran los cambios. No pudo decir lo mismo Paciencia. Así, los últimos diez minutos fueron para los visitantes, pero no hubo premio. La seriedad defensiva del Deportivo --con 39 goles encajados (2'2 goles por partido)-- le dio los tres puntos: son otro equipo.
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