Empezó por las setas que recogió el miércoles (tres cestos bien grandes), continuó por las chancletas (sinónimo de falta de elegancia como la suya con lo de Kevin Roldán) y terminó dejando claro que siempre quiere que pierda el Madrid, que no habla de jugar con Cataluña porque es una hipótesis y que nunca ha pensado en abandonar el combinado nacional. Piqué quería hablar y lo hizo a su manera, claro y sin complejos, después del entrenamiento de ayer con el Barcelona. «En ningún momento me planteo dejar la Selección, es lo último que haría, porque entonces le daría la razón a esa gente que silba. Seguiré yendo mientras el míster tenga confianza en mí y me llame, yo no voy a fallar», decía el defensa, que no tiene muy claro el origen de los silbidos que ha recibido en los últimos partidos y entrenamientos con la Roja.

«Si me pitan por el tema Cataluña-España, no tienen razón, porque mi compromiso con la Selección esta fuera de toda duda. Si miras mi trayectoria en el último año y medio, fui a la Diada del Catalunya en defensa del derecho de decidir y la consulta catalana, después fui a jugar con la Selección y nadie me dijo nada. Y si me pitan por la rivalidad Barça-Real Madrid, fue una broma y no le falté el respeto a nadie», admitía en relación a su famoso «Kevin Roldán, contigo empezó todo» que dirigió al eterno rival en la celebración de los tres títulos azulgrana del curso pasado. «Sé que no fui elegante. ¿Pero vas siempre con traje y corbata? ¿No vas a veces con bañador y chancletas? Estoy orgulloso de haber vivido un cambio en la historia del Barça y de ser nosotros ahora los que ganamos. Soy así, lo haría una y mil veces. Quiero que el Real Madrid pierda siempre, no me van a cambiar, amo a este club por encima de todo», insistía el futbolista del Barcelona, que quiso aparecer públicamente para que «las cosas vayan a menos», aunque no sabe «si irán a más». Lo que sí tiene claro es que no siente que haya hecho nada malo y que siempre va a seguir siendo así.

Piqué confirmó que hoy asistirá a la Diada de Cataluña «como cada año» y opinó «que la situación política es «complicada», pero siempre apuesta por «escuchar a la gente». «El 27S (elecciones autonómicas en Cataluña) es un momento para que la gente se manifieste, vote y los resultados después se tienen que interpretar». Lo que no quiso el defensa es «hablar de hipótesis» ante la pregunta de si elegiría jugar antes con el combinado catalán que con el español. «Si apoyo el Guanyarem es porque el deporte catalán me dio mucho cuando era joven. No hay problemas en apoyar las dos cosas».

De su «guerra» con Sergio Ramos dijo que si bien su relación no es buenísima, sí pasa por su mejor momento, algo que siempre ha sido así con Casillas. «Le envié un mensaje agradeciéndole las flores que mandó cuando nació uno de mis hijos, el día antes del 4-0 en el Calderón. Le comenté que era un partido difícil, que tenían muchas bajas y que ojalá le metieran cuatro. Luego nos reímos mucho. Dentro del vestuario todo es más fácil», decía del buen ambiente que hay en el grupo de España. «Hablamos de todo y no hay problema», añadía. Él lo hizo ayer, pero la polémica continuará.