Odegaard fue titular en su casa y seguramente, tras su fichaje y presentación, el de ayer sea el primer buen recuerdo que guarde de su carrera en el Real Madrid. Jugó sus mejores minutos con el primer equipo blanco, pidiendo el balón y mostrando algo del descaro que le llevó a ser internacional con su país siendo todavía un adolescente. Desde la derecha llegó al área con peligro y sólo la falta de precisión colectiva evitó que sumara su primera asistencia en el Real Madrid. «Creo que puedo mostrar aún más de lo que se ha visto hasta ahora. He aprendido mucho cada día en los entrenamientos. Me he estado entrenando bien y me siento bien. No tengo metas específicas para la próxima temporada. Lo que quiero es mejorar mi fútbol», aseguró después de un día especial por volver a su país con la camiseta de uno de los grandes del fútbol mundial. «Tenemos que acabar la pretemporada y luego veremos. Soy muy feliz en Madrid y es lo que puedo decir por el momento. Siempre es difícil, pero sólo tengo 16 años, lo manejo como puedo y me quedan muchos años para desarrollarme como futbolista. No tengo que tener prisa y debo jugar sin estrés», añadió respecto a si saldrá cedido o jugará en el Castilla. Él es la cara más visible del Madrid del futuro junto a Mayoral, Asensio, Cheryshev y Lucas Vázquez, que formaron el ataque en los últimos minutos ante el Valerenga.