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Simeone agranda la historia del Atlético

Simeone agranda la historia del Atlético
Simeone agranda la historia del Atléticolarazon

Es mejor fiarse de las sensaciones que de los números para constatar que el Atlético crece como equipo de la mano de Simeone, un técnico que agranda la historia del club del Manzanares y que hace que los aficionados rojiblancos vivan ahora una etapa feliz, tanto en lo deportivo como en lo social.

El Atlético ha logrado el mejor arranque de su historia. Dos veces había empezado el campeonato con seis victorias consecutivas. En el curso 64-65, con el brasileño Otto Bumbel en el banquillo, y en la 91-92, con Luis Aragonés a los mandos.

En aquellas dos campañas los rojiblancos no ganaron el título y en la presente, pese al triunfo del Bernabéu, que le convierte en alternativa firme al Barça y al Madrid, nadie en el Calderón se quiere postular, y el «partido a partido» de Simeone ha calado hondo en el estamento rojiblanco. Tras doblegar al eterno rival en el derbi, ni un jugador alzó la voz para salirse del guión. «Ahora tenemos que pensar en el Oporto», exclamaba Gabi, el capitán de una tropa que estaba feliz por derrotar al Real Madrid. Y es que apenas hay momento para las celebraciones, para las alegrías. El balón rueda un día sí y otro no y el Atlético tiene mañana un examen muy complicado en Oporto. Los portugueses jugaron el viernes, tienen un gran equipo y jugadores como los defensas Danilo y Mangala, deseados por los grandes de la Premier .

A la cita portisita faltará Diego Costa. El héroe del Bernabéu, el goleador que comparte con ocho goles Pichichi con Messi, cumplirá la sanción que le impuso la UEFA porque en Praga se le cruzaron los cables y fue expulsado. El hispanobrasileño, al que quizá convoque el fin de semana Del Bosque para los compromisos ante Bielorrusia y Georgia, sigue siendo futbolista de sangre caliente y en el Bernabéu las tuvo tiesas con Sergio Ramos, Pepe y Diego López.

Costa parece la prolongación, salvando las distancias, de Simeone en el campo. Su carácter, su ambición y su corazón los pone al servicio del equipo, mientras el técnico aporta todas esas virtudes que hacen del Atlético un bloque intenso y concentrado, más una pizca de teoría, de táctica y de sistema. Porque para ganar al eterno rival hay que estudiar sus movimientos y saber cómo dejarle sin juego. Y eso es lo que hizo el Atlético en la noche del sábado.