Atlético de Madrid
El Atlético se despide de la Champions
No hubo milagro en Londres y el Atlético se queda fuera de la Champions. Marcó Saúl y autogol de Savic ante un Chelsea superior
No hubo milagro en Londres y el Atlético se queda fuera de la Champions. Marcó Saúl y autogol de Savic ante un Chelsea superior.
Oblak mantuvo la ilusión del Atlético hasta que el Roma marcó su gol. El meta esloveno fue clave en el resultado conseguido por los rojiblancos. El empate tampoco servía, pero, al menos, el equipo dio la cara y se va de la Liga de Campeones dando una imagen muy distinta a la que ofreció en los primeros partidos. Cuando los parciales (ante el Qarabag) se han suspendido, el examen final, a veces, es peliagudo. Y, además, dependes de otro. Y el Atlético no podrá poner excusas. Sus errores le han condenado.
Simeone prefirió a Torres antes que a Gameiro y el Atlético salió muy concentrado. Conte optó por sentar a Marcos Alonso, colocar a Zappacosta a la izquierda y encomendarse a la calidad de Hazard y Cesc, que fueron la fuente de alimentación de un Morata muy inspirado. Era lógico que el Chelsea tomase la iniciativa, pero lo que no fue normal es que el equipo de Simeone fuese perdiendo presencia en el área inglesa.
En cuanto Moses y Bakayoko aceleraban llegaban las ocasiones ante Oblak. El esloveno se lució en tres oportunidades –dos de Morata y una de Zappacosta– antes del descanso, cuando ya el Atlético perdía muy pronto la pelota y sufría por la derecha. Thomas se despistaba y llegaba tarde. Giménez se multiplicaba en defensa, pero a la hora de atacar la banda era ciega. Filipe Luis, al menos, buscaba la profundidad por el otro costado. Gabi, Saúl y Koke cuidaban más la defensa que el ataque. Griezmann y Torres recibían pocos balones y su trabajo era más de presión que de buscar un remate.
Poco bagaje antes del descanso para un equipo que necesitaba marcar. El Chelsea mantuvo el guión tras el intermedio. Y de nuevo la figura de Oblak evitó un par de goles. Hazard y Morata lo tuvieron cerca, pero se toparon con uno de los mejores guardametas del mundo. El Atlético no espabilaba, pero en una contra Filipe lanzó al poste y Koke cabeceó a las manos de Courtois.
Marcó el Roma para acabar con las ilusiones rojiblancas y marcó Saúl a la salida de un córner, tras una prolongación de Torres. Saúl lo celebró como un loco, pero era el gol que no va a ninguna parte. El Atlético se ponía por delante, cumplía con su obligación ante un Chelsea que apretó porque quería ser primero de grupo. Ante la precipitación de los de Conte, el equipo de Simeone encontró espacios para triangular y para buscar la velocidad de Carrasco. Daba igual. No había milagro en Roma y sí acciones ofensivas de Pedro, Morata y Hazard para que Oblak siguiese acertado.
Con lo que no pudo Oblak fue con el gol que le marcó Savic. Disparó Hazard y en su intento de despejar, el balón se fue a la red. Se lamentó Savic y se lamentaron los rojiblancos. El gol hacía justicia porque el Chelsea fue martillo pilón en el área rojiblanca. Y siguió atacando, con el Atlético buscando alguna contra que le diera el triunfo. No llegó. El empate fue el mal menor en un partido en que fue inferior al Chelsea.
No es hora de buscar culpables. Es hora reflexión, de pensar que las cosas se hicieron muy mal ante el Qarabag y que la derrota en el Metropolitano ante el Chelsea –única de la temporada– ha pesado como una losa en un Atlético que esperaba mucho de esta Liga de Campeones, pero que se tendrá que conformar con jugar la Liga Europa. Esa competición de «mierda» que dice Gabi.
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