Fútbol

Szczesny: el tormentoso pasado del «número uno» de Flick en el Barcelona

El padre del portero del Barça, Wojciech Szczesny, fue decisivo en la carrera de su hijo pese a que no se hablan desde 2016

Wokciech Szczesny of FC Barcelona warms up during the Copa del Rey Quarter Final match between Valencia CF and FC Barcelona at Mestalla stadium on February 6, 2025, in Valencia, Spain. AFP7 06/02/2025 ONLY FOR USE IN SPAIN
Szczesny, en el calentamiento del partido de Copa que enfrentó al Barcelona con el ValenciaAFP7 vía Europa PressEuropa Press

Hansi Flick ha acabado con el debate en la portería del Barça. «Szczesny es el número uno», dijo antes de recibir al Alavés en Liga. El padre del portero azulgrana, Maciej Szczesny, fue quien allanó el camino para la carrera de su hijo Wojciech, el portero titular azulgrana desde hace semanas. Maciej ejerce hoy de comentarista, aunque padre e hijo no se hablan desde hace años como ambos reconocen... en la prensa polaca.

El apellido Szczesny, que en polaco significa «afortunado», ya era conocido por los aficionados al fútbol en la década de los 80. El comunismo tocaba a su fin en Polonia y Wojciech nació en 1990, pocos meses después de la caída del régimen. El portero azulgrana, más parecido a su madre, Alicja, exjugadora de balonmano, heredó de su padre un carácter afilado, el hábito de fumar y, sobre todo, la pasión por la portería, aunque de adolescente todavía fuera jugador de campo en el club juvenil Agrykola de Varsovia.

De Maciej a Wojciech

A pesar del divorcio de sus padres, Wojciech siguió en contacto con su progenitor. El exportero del Legia de Varsovia fue su primer profesor y consejero. Nunca ahorró críticas. Después de los partidos sermoneaba a su hijo durante al menos una hora, analizando al detalle cada jugada. Elogiaba, reprendía e insinuaba. Siempre mordaz. De hecho, es por lo que se le conoce como comentarista a este apasionado de los libros y el jazz que llegó a afirmar que «el Barça durante muchos años ha contratado a porteros que no sabían defender».

El nombre de Szczesny abrió el paso a Wojciech. Su padre solo fue siete veces internacional, pero fue el único portero polaco que ganó cuatro veces el campeonato nacional con la camiseta de distintos equipos: Legia Varsovia, Widzew Lodz, Polonia Varsovia y Wisla Cracovia. En Europa, Maciej se dio a conocer precisamente en el Camp Nou cuando el Legia empató inesperadamente con el Barça, 1-1, el 13 de septiembre de 1989 en la Recopa. «Fue uno de mis mejores partidos, pero por desgracia nos arrebató la victoria un penalti marcado al final por Ronald Koeman», recuerda Maciej Szczesny. El padre del portero azulgrana llegó a tener conversaciones avanzadas para fichar por el Manchester United, pero el polaco no tenía muchas ganas de marcharse a Inglaterra y los británicos acabaron apostando por Peter Schmeichel.

El drama familiar

La relación entre los Szczesny no existe, aunque Maciej acudiera a la boda de su hijo en 2016. Desde entonces no hay nada. En su día, Wojciech anunció que había roto la relación con su padre después de que Maciej criticara al entrenador del Arsenal, Arsène Wenger. El joven Szczesny consideró injustas las palabras de su padre y hasta hoy.

«Después de nueve años trabajando juntos en el Arsenal, le debo a Wenger no solo la clase de deportista que soy, sino también la clase de hombre que soy», aseguró Wojciech. Tanto él como su hermano Jan, tres años mayor y exportero del Gwardia de Varsovia, crecieron separados de su padre. Sus progenitores se divorciaron cuando los niños eran muy pequeños.

No está claro qué habría sido de la historia de los Szczesny sin el drama familiar ocurrido en abril de 1987, cuando Natalia, la hermana mayor de Wojciech, murió en un accidente cuando él todavía no había nacido. En una entrevista con «Plus Minus», Maciej habló del trauma asociado a la tragedia: «Una niña pequeña (de un año y medio) e inocente sufrió un accidente. La hija a la que adoras, que era adorada por su mamá y sus abuelos, la mayor felicidad de la vida. Eres consciente de que fue (...) debido a un error humano cometido antes al montar un andamiaje, que se derribó en la calle justo cuando ella paseaba por allí. Piensas en el dolor que sufrió (...) antes de morir dos días después. Todo tu mundo cambia, tu percepción de él, tu comprensión de lo que es la felicidad y lo que es la verdadera infelicidad. Esto me acompañará hasta el final. Ya nada como perder a Natalia me dolerá tanto».