Brasil
Un clásico desde los 11 años
Cuando tenían once años, Neymar y Casemiro se enfrentaron por primera vez en un partido en Brasil. Crecieron juntos en la selección. Hoy disputan el partido como titulares de sus equipos
Cuando tenían once años, Neymar y Casemiro se enfrentaron por primera vez en un partido en Brasil. Crecieron juntos en la selección. Mañana disputan el partido como titulares de sus equipos
Tenían 11 años y jugaban contra uno de los filiales del Santos. «Era sólo un grupo de muchachos de São José, pero formábamos un buen equipo, el mejor de la ciudad. Poder enfrentarse al Santos en aquella época ya era un gran motivo de alegría», aseguraba Casemiro a la FIFA. Era 2003 en San José Dos Campos en Brasil y en el Santos ya estaba Neymar, la «joia», la estrella ya de aquel equipo. Un futbolista con el mismo desparpajo que ahora, «que siempre daba la cara», ha recordado Casemiro, y sin miedo a regatear. En la ida, empataron a uno; en la vuelta, ganó el conjunto de Casemiro 1-0 y se clasificó. Neymar ya era la estrella que ha sido toda su vida; Casemiro aún era un futbolista por explotar. Mas fuerte que los demás y con buen nivel técnico, pero sin el nombre de su rival.
Mañana, más que a los grandes nombres, a la potencia de la delantera o al plan de Zidane, todo el Madrid mirará a Casemiro, el centrocampista que se ha hecho un hueco en el once. Va a ser difícil que el entrenador francés se replantee no ponerlo en el Camp Nou y contra el Wolfsburgo, pese a la presión de James. Casemiro cubre las espaldas, pelea cada balón a muerte y da patadas sin problemas, algo que faltaba en el Real Madrid. «Yo estoy acostumbrado a robar más balones», dice. Hace la cobertura a los ofensivos laterales del Madrid: si sube Danilo en la derecha, él cubre su hueco para que no se escape Neymar.
Ni siquiera con su amigo va a tener compasión si tiene que pararle. Dos años después de aquel partido, a Casemiro le fichó la cantera del So Paulo y desde ambos filiales, él y Neymar fueron encontrándose con el mismo sueño. Llegar a la élite. El primero siempre fue delantero, con el segundo descubrieron que su mejor posición era la de mediocentro. Fueron escalando en sus clubes, pero también en la selección brasileña. Jugaron el Mundial sub’17 y fueron campeones del suramericano sub’20. Han compartido muchas cosas, muchos viajes, mucha ilusión en aquella época de juventud, cuando los futbolistas empiezan a acercarse a lo que siempre han querido. «Estamos viviendo un sueño. Yo seguro el mío, pero estoy seguro de que él también. Llevamos toda la vida jugando el uno contra el otro», continúa Casemiro. Así forjaron una amistad: «Les tengo mucho cariño a él y a su padre. Neymar es una gran persona. Siempre ha sido un jugador especial que llamaba la atención, regateaba a todo el mundo. Siempre ha jugado así, como lo hace ahora. Él sabe que por su juego va a recibir muchas faltas, pero está muy bien preparado para eso», explicaba en la Cadena Ser.
Neymar llegó a la élite antes que Casemiro y ya era famoso cuando le fichó el Barcelona. Casemiro entró a España por el filial del Madrid, algo pasado de peso. Uno ha tenido la fama; el otro ha ido trabajando. Mañana se miden, ambos como titulares, por fin, que algunos sueños resulta que sí se llegan a cumplir.
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