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Una herencia complicada

Tras una Liga de récord, deja el divorcio con Guardiola y decisiones clave por resolver

Una herencia complicada
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Madrid- El año de Tito al frente del Barcelona ha tenido de todo. Lo peor, por supuesto, la insistencia de una maldita enfermedad que ahora le aparta del banquillo; lo mejor, el título de Liga, el primero que consigue Vilanova como primer técnico y en la que igualó el récord de los 100 puntos del Madrid de José Mourinho. Él estaba dispuesto a seguir con el desafío de recoger el relevo de la era Guardiola y ahora afrontaba con ilusión y fuerza su segundo curso. Pero los «resultados de las pruebas rutinarias» que seguían su patología han cambiado sus planes y ahora necesita dedicación exclusiva para cuidar su salud.

NÚMEROS IRREPETIBLES

El Barcelona ganará muchas ligas, pero puede que en ninguna alcance los 100 puntos que consiguió con Tito al mando. El torneo local ha sido lo más brillante de su temporada como «jefe» supremo, con la mejor primera vuelta de la historia (55 de 57 puntos posibles) y 15 de ventaja respecto al segundo clasificado. El equipo fue un misil en la Liga, el único título de una temporada difícil.

NI COPA NI «CHAMPIONS»

Con Vilanova en Estados Unidos dirigiendo al equipo por teléfono, el curso se fue complicando para los azulgrana, decepcionados en las otras dos grandes competiciones. El Madrid les dejó fuera de la Copa con una goleada en el Camp Nou y el Bayern, con un 7-0 final en la eliminatoria, les apartó de la Liga de Campeones de la forma más dolorosa posible. Las comparaciones con el Barça de Guardiola fueron inevitables, igual que las criticas por la «Messi dependencia». El saldo final no fue especialmente positivo, aunque el club trató de celebrar la Liga por todo lo alto para darle el valor que tenía.

SE ACABÓ LA AMISTAD

La ruptura con Guardiola no iba a afectar al juego del equipo, pero sí a la presión que iba a soportar Vilanova en los próximos meses. La huella de Pep es muy profunda en el barcelonismo y los reproches del ahora técnico del Bayern no habían, precisamente, allanado el equipo del que fue su amigo. Las cosas importantes, la salud, enterrarán ahora la disputa entre ambos.

POR LA PUERTA DE ATRÁS

La afición siente que Abidal y Thiago deberían seguir vestidos de azulgrana. Al francés no lo quería el Barcelona como jugador por su débil salud y el fichaje del canterano más prometedor, es una decepción superior a cualquier derrota. Ambos adioses se han producido con Tito al frente, aunque en el caso de Thiago los dedos apuntan más a Zubizarreta, director deportivo.

NEYMAR Y EL FUTURO

Con la llegada del brasileño lo lógico es que el club afrontara con optimismo el futuro en lo deportivo, pero varios nubarrones amenazan en el horizonte. A Xavi le quedan cada vez menos kilómetros por recorrer y sin Thiago, su relevo no está para nada claro. Valdés, otro peso pesado, ya ha anunciado que en 2014 se despide y Puyol también afronta sus últimos meses como futbolista. La reconstrucción no será fácil y requerirá paciencia y acierto. Lo mejor para el Barça es que queda Messi para rato y, en teoría, parece que su convivencia con Neymar será pacífica y productiva.