Eurocopa

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Vueltas alrededor del gol

España confía en su estilo, a pesar del trabajo que le cuesta marcar

Los jugadores de la Selección, Sergio Ramos, Juanfran, Alberto Moreno, Michu, Silva y Piqué, durante un entrenamiento de esta semana en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas
Los jugadores de la Selección, Sergio Ramos, Juanfran, Alberto Moreno, Michu, Silva y Piqué, durante un entrenamiento de esta semana en la Ciudad del Fútbol de Las Rozaslarazon

España aprendió hace tiempo a defenderse con la pelota en los pies. La Selección se ha acostumbrado a jugar el mismo partido una y otra vez. Un porcentaje de posesión insignificante para el contrario y un dominio absoluto con el rival encerrado en su campo esperando que llegue la fortuna. «La Roja» se ha acostumbrado a jugar sola y así ha ganado dos Eurocopas y un Mundial. Por eso, en el equipo no encuentran motivos para la duda. «La solución es seguir siendo nosotros mismos», admite Nacho Monreal. «Hay distintos momentos en un partido, pero la idea es partir de lo que hacemos siempre», asegura antes de enfrentarse a Georgia el lateral del Arsenal, un defensa que suma en el ataque y toca como uno más de los centrocampistas. Monreal es un argumento ofensivo más, como demostró en la decisiva victoria ante Francia, cuando tuvo que ser titular por la ausencia de Jordi Alba. Como el viernes ante Bielorrusia y mañana contra Georgia. «Será más de lo mismo», advierte el defensa navarro.

«Es difícil», dice Álvaro Negredo. «Los contrarios se encierran atrás con los 11 jugadores. Los partidos se complican, pero muy pocas veces se escapan. Hay que tener el balón y aprovechar las oportunidades». Los jugadores confían en el estilo que tantos éxitos ha dado a «La Roja». Se han acostumbrado a jugar contra rivales encerrados y a ganarlos. Las dificultades suelen llegar contra equipos que salen a buscar a España, sin miedo, como Francia y como Brasil, que pasó por encima del equipo español en la final de la Copa Confederaciones. «Nuestros rivales saben que nosotros vamos a tener el balón, se encierran atrás e intentan salir a la contra. Son partidos repetidos, calcados. Nosotros intentamos circular rápido el balón, jugar por las bandas e intentar marcar pronto para que el rival se abra», analizaba Xavi después de derrotar a Bielorrusia el pasado viernes.

España gana, pero marca muy pocos goles. Ganó el Mundial marcando ocho goles en siete partidos y sólo a Honduras consiguió derrotarla por más de un tanto de diferencia. En la fase de clasificación para el Mundial de Brasil ha marcado 12 en siete partidos, la cifra más baja de todos los equipos que son primeros de grupo. Suiza ha marcado 16 en dos partidos más. A cambio, también es la selección menos goleada de la fase de clasificación, con sólo tres tantos. Los mismos que Bélgica, que ha disputado nueve partidos. España utiliza la pelota como instrumento defensivo.

Del Bosque busca soluciones para la falta de gol y para romper las defensas contrarias. El viernes probó con Michu desde el comienzo y con Negredo en la segunda parte. Y el delantero del City, el que más convence al seleccionador de todos los que suele utilizar, marcó. Pero Del Bosque insistirá con el falso nueve en más ocasiones, porque Cesc ayuda en el juego de toque y elimina una referencia fija para los contrarios.

«Es cierto que este partido es calcado a otros que hemos jugado, con la excepción en este grupo de Francia, donde el dominio fue alterno, pero hemos intentado superar esa cuestión, por ejemplo, con Iniesta en la segunda parte, jugando más como extremo que como interior, y con Pedro por el otro lado», decía Del Bosque el pasado viernes. Los extremos son una opción que el viernes acompañó de la eliminación de un defensa para dejar una línea de tres en el fondo. Una idea que ya había probado en algún amistoso. El peligro, en esos casos, es el contraataque de los rivales, que se encuentran con más espacios libres a la espalda de los centrocampistas españoles. Bielorrusia lo aprovechó para marcar un gol en los últimos instantes del encuentro.

La defensa, en el gimnasio

A Vicente del Bosque le faltaba casi toda la defensa en el último entrenamiento de ayer en Las Rozas. Arbeloa, Sergio Ramos y Piqué no pisaron el césped y se refugiaron en el gimnasio para seguir una preparación específica. El más preocupante era Piqué, que terminó el partido contra Bielorrusia con dolores en el pubis y cojeando. Del Bosque esperó para hacer el último cambio, pero Piqué le dijo que podía aguantar el partido completo. La defensa es la línea que más problemas ha dado al seleccionador desde el momento de confeccionar la lista de convocados. Primero, por la lesión de Jordi Alba, que abrió las puertas a Alberto Moreno, el lateral del Sevilla. Y, una vez anunciada la lista de 23, se lesionó Albiol. El central del Nápoles fue sustituido por Iñigo Martínez, campeón de Europa sub'21 que ya había debutado con el «primer equipo» en el amistoso disputado en el mes de agosto contra Ecuador.