Atlético de Madrid
...Y parada de Oblak
El portero del Atlético detuvo un mano a mano a Bale y después, todo lo demás
Respiraba aliviado Simeone después del partido: «Tuvimos la suerte de tener a un gran Oblak, sobre todo en la jugada de Bale». El partido acababa de amanecer y los fantasmas regresaron al Calderón. Falló Godín, corrió Bale con la pelota controlada hacia Oblak y el Calderón se imaginó a Ronaldo, el de antes, derribando al Mono Burgos a los catorce segundos aunque ya hubieran pasado cuatro minutos. Se enfrentaban el delantero más caro del mundo y el portero más caro de la Liga española. Ganó el menos caro de los dos.
En esa jugada estaba el ánimo de toda la eliminatoria. La frustración vomitada del Madrid o la obligación de sentirse invencible para el Atlético siete derbis después. Oblak evitó un gol y una tragedia. El Calderón no estaba preparado para regresar tan pronto a la oscuridad. «Ha salido rápido, se ha girado muy bien , se ha quedado de pie y ha tapado todas las posibilidades a Bale. Ha hecho una gran parada», destacaba Ancelotti.
El esloveno encendió la luz. Igual que había hecho en la ronda anterior contra el Leverkusen. De repente, el Atlético ha encontrado la manera de tapar el hueco que dejó Courtois. Oblak, discutido después de su estreno en Atenas contra el Olympiacos, empieza a demostrar que tenía sentido su fichaje, aunque él no fuera responsable de los millones que pagaron por él. A menudo se culpa a los futbolistas de no devolver lo que costó su traspaso sin pensar en que no son ellos los que ponen el precio, sino los dirigentes. Pero Oblak no necesita justificarse. En el vestuario del Atlético eran conscientes desde hace tiempo de su valor. Simeone confía en Oblak, aunque no le prometa nada. «Sólo hablo del partido de mañana», dijo el Cholo después de confirmar que sería titular contra el Madrid. Seguirá siéndolo. Antes de detener el mano a mano a Bale sólo le había dado tiempo a calentar con un remate de Carvajal. Después, fueron probando: Cristiano, de falta directa; Modric, con el exterior; Benzema, de cabeza; James y Kroos. Casi todos desde fuera del área. Había demasiada gente protegiendo al portero esloveno. Pero las manos que hacen al Atlético sentir que vuelve a la vida sin haberse ido son las suyas. Por fin se habla de lo que vale y no de lo que cuesta.
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