Nueva York

De Canarias a Nueva York

El canario Rafael Cabrera-Bello
El canario Rafael Cabrera-Bellolarazon

Las gotas de lluvia con las que amaneció ayer Rochester (Nueva York) eran una buena señal para los golfistas del turno de mañana en la primera jornada del PGA Championship, el último «Grande» de la temporada. Oak Hill se defiende con calles estrechas, hoyos largos y un «rough» infernal, pero como todos los campos de golf, unas condiciones firmes del terreno de juego le hacen mucho más temible. La lluvia garantizaba un respiro, «greens» receptivos y posibilidad de controlar un poco más el bote de la pelota. La gran cantidad de jugadores que ganaron a un campo tan complicado como el de Oak Hill así lo certificó.

Entre los que se fueron de vuelta al hotel con números rojos estaba Rafa Cabrera-Bello. En el sexto «Grande» de su carrera, el grancanario, de 29 años, confirmó el buen momento que atraviesa y que se pudo comprobar en el pasado Abierto Británico de Muirfield, en el que logró su mejor clasificación en un «major» (puesto 21). Rafa firmó una tarjeta muy regular, con tres «birdies» (hoyos 2, 10 y 12) y un sólo «bogey» (hoyo 11). Empezar con dos bajo par un «Grande» como el PGA permite a Cabrera-Bello aspirar a todo. Sergio García, por su parte, también se dejó ver un poco, y concluyó la jornada tan sólo un golpe por detrás de su compatriota (-1). Pablo Larrazábal también jugó en el primer turno, pero el barcelonés no tuvo un buen día y su +6 final le obliga hoy a una proeza.

El líder de la jornada matinal fue Jim Furyk que, a pesar de su bogey en el último hoyo, firmó 65 golpes (-5), dejando a muchos sin habla. Seis golpes por detrás está el gran favorito, Tiger Woods. El número uno del mundo no jugó muy bien, pero dio un recital de recuperaciones en sus primeros nueve hoyos, en los que firmó dos «birdies» y siete pares con apenas 11 «putts». Pero todo cambió en la segunda parte de su recorrido, en la que falló tres opciones de «birdie» asequibles al principio y acabó con un doble «bogey» en el hoyo 9 (correspondiente a su hoyo 18 porque salió por el 10) que cercena sus opciones de victoria casi de manera definitiva, ya en la primera jornada.