PGA Tour
Los nervios pudieron con la ilusión de Rahm
Dos birdies de Johnson y tres bogeys de Rahm a la mitad del recorrido fueron una losa demasiado pesada para el español. El de Barrika comenzó muy bien jugando los dos primeros hoyos pero a partir de entonces, los nervios y la precipitación llenaron su juego y eso se notó en la consecución de los golpes, a pesar de una gran remontada en los nueve segundos que puso emoción hasta el último putt
Llegar a la final ya era un premio para Jon Rahm. Su marcha por el golf amateur fue excepcional pero, nada más conseguir la tarjeta profesional, rompió aun más las estadísticas. Ya avisó en el WGC de México con un tercer puesto y ahora, en este WGC Dell Match Play, volvió a romper la baraja.
Sin que se contara quizá demasiado con él, se imponía a compatriotas y foráneos para llegar a la final, donde se veía las caras con todo un número 1, Dustin Johnson, rival de enjundia que era su último escollo para el título. Pero el norteamericano, todo recursos, fue una losa de grandes dimensiones que solo le concedió cancha en los primeros compases.
Tras un comienzo de tanteo, Rahm asumió excesivos riesgos, puede que superado por lo que había en juego, y perdió comba en los hoyos 3, 4, 5 y 6 (dos bogeys del español y dos birdies del norteamericano) y la desventaja se fue hasta los cuatro abajo en el 6 y otro más en el 8, mucho tramo para remar a contracorriente. En el siguiente hoyo, en el 9, llegó la primera recuperación del vasco, quien consiguió el par por el bogey de Johnson, sin embargo, todo fue un espejismo.
Las bolas que durante toda la semana le habían entrado a Jon, ahora se le iban fuera (dos, tres, cuatro metros) y con un juego más pausado y sin tanto riesgo, el número 1 del mundo cazaba greenes con absoluta solvencia y con el putter olía la sangre de la herida que manaba de la tarjeta de Rahm, consiguiendo desesperar al español una y otra vez.
Pero la segunda vuelta empezó de cara para el nuestro, con dos recuperaciones consecutivas que le pusieron a solo tres golpes a falta de ocho hoyos y pasó la presión a su oponente, a quien obligó a no relajarse en exceso y tener los sentidos alerta. Así, se marcaron distancias entre el 10 y el 14 (uno empatado, uno para Johnson y dos para Rahm, uno de ellos tras arriesgar mucho en la salida con drive en el 13, ataque total ya sin nada que perder) que mantuvieron las distancias entre cuatro y tres golpes; en el 15, Rahm conseguía un birdie que le ponía con dos abajo a falta de tres hoyos y con las opciones abiertas, por lo que decidió tomar la iniciativa y atacar.
En el 16, el primer golpe de Jon se iba a la derecha de la calle, y tras conseguir salvar el segundo golpe metiendo la bola entre las ramas de los árboles (tremenda recuperación), embocaba un putt de más de diez metros para lograr el birdie y ponerse a uno solo. Máxima tensión. Hubo que irse al 18 tras conseguir ambos en el 17 el par, no sin apretar los puños debido a la tensión por el posible fallo, y en el hoyo definitivo, el de Barrika no acertaba con un largo putt en curva de derecha a izquierda y le dejaba a dos putts la victoria a Johnson, quien no falla el segundo y se alzaba con el título.
No obstante, este segundo puesto le permite escalar hasta el puesto 14 del ranking mundial, un premio de consolación que con solo 20 torneos disputados es toda una proeza, un orgullo para el golf patrio. Darle la enhorabuena por el excelente torneo y por una nueva demostración de juego que le ha colocado entre los mejores, con el respeto y la admiración de los máximos exponentes del golf actual.
En el choque de consolación, muy igualado y con alternativas constantes, el norteamericano Bill Haas se imponía con 2&1 al japonés Hideto Tanihara.
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