He perdido a un hermano

Mi relación con Gaspar comenzó en Gijón cuando frecuentábamos la misma pandilla de amigos. Yo estaría entonces por los 15 y él, por los 14. Muy pronto conectamos, en realidad nos unimos por un chascarrillo. Un día, en medio de una charla del grupo en la popular «escalerona» de la playa, se acercó a uno de la panda y le dijo: «Eres más travieso que Pipi». Por aquel entonces estaba de moda la serie «Pipi Calzaslargas». Me bautizó para los restos de mi vida personal y profesional. Y hemos vivido y sufrido emociones familiares: su madre y la mía murieron de cáncer de colon, una desgracia que nos unió todavía más. Aunque no todo han sido abrazos. Los dos teníamos nuestro carácter, pero todo se arreglaba abrazándonos como dos niños tras alguna peleílla.

Estoy en esta profesión gracias a Gaspar. Tras dejar Radio Gijón y venirse a Madrid, empezó en Radio Intercontinental y cuando fichó por Antena3 me presentó a García y ahí encontré mi vocación. Como la suya. Fuimos pareja profesional: viajamos juntos a todas partes, hemos hecho miles y miles de kilómetros, Mundiales, Campeonatos de Europa, Copas de Europa... Todo. Era el narrador perfecto. Nació para esto. Lo mamó de su padre, Manolo. Como periodista, como locutor de radio, sobra cualquier palabra. Un número uno. Aquí o en el cielo, Gaspy, tú y yo, tú y Pipi... Siempre estaremos unidos. Nos volveremos a encontrar hermano de corazón grande...