Fútbol

Huesca

Isco se pone a prueba

El Madrid juega contra el Melilla en un partido centrado en la titularidad del centrocampista.

Isco, en el entrenamiento de ayer en Valdebebas
Isco, en el entrenamiento de ayer en Valdebebaslarazon

El Madrid juega contra el Melilla en un partido centrado en la titularidad del centrocampista.

Marcos Llorente, según decía ayer la página web del Madrid, ha jugado los últimos siete encuentros de la Copa. Porque era de los pocos partidos en los que contaban con él. Con Zidane apenas tuvo oportunidades en otras competiciones y con Lopetegui se pensó mucho su marcha. Jugó el encuentro de ida contra el Melilla, por supuesto, porque es su competición. Sin embargo, hoy puede ser titular, pero por primera vez, hay dudas. Y eso es una buena noticia para el centrocampista del Madrid. Solari tiene que decidir si prefiere que descanse para el encuentro del domingo en Huesca, para las cosas serias. De repente, Llorente se ha ganado el derecho a pensar que los partidos de Copa no son para él un test constante con el que hacerse un hueco o por los menos provocar que el entrenador dude.

La vida y el fútbol cambian cuando menos te lo esperas. Un día piensas que te tienes que buscar el futuro lejos del Madrid y al partido siguiente eres imprescindible. O al revés, en verano llega un entrenador que confía en ti y antes de Navidad estás jugando la Copa como hacía Llorente hace un mes: como tú única oportunidad para convencer al técnico de que puedes serle útil. Es lo que le sucede a Isco hoy y en menor medida también a Asensio y a Keylor Navas. Estos partidos eran para Casilla mientras que Isco los miraba contento desde fuera de la convocatoria. Ahora este sintagma, fuera de la convocatoria, despierta su mal humor. «Sólo once entran de inicio y luego hay cambios. Cuando jueguen unos hay otros con menos minutos. Es una cuestión matemática. Si pones el foco en el que no juega siempre vas a tener uno por el que preguntar», decía ayer Solari cuando se le insitía en Isco.

El centrocampista no ha sido titular con el argentino y hoy, en un encuentro sin historia, tiene pinta de que va a entrar en el once. Es evidente que su problema con el entrenador va más allá de una cuestión táctica. No se entienden, no hay entre ellos buena química, pero es Solari quien decide y la única opción del andaluz es ponerle contra la pared con su fútbol. Lo hizo a medias con Ancelotti y lo logró con Zidane, que siempre le miró con reticencia, pero acabó contando con él: «No creo en lo indiscutible. Tienen que dar lo mejor de sí para luego poder estar disponibles. Hay lesiones, bajo rendimiento y momentos de forma fantásticos y el trabajo de los entrenadores es tratar de no equivocarnos», dice Solari.