Balonmano
Dinamarca aparta de la lucha por el oro a España, que se jugará el bronce con Egipto
La actual campeona olímpica, liderada por Hansen, vence a los Hispanos (27-24) y le deja fuera de la final
Otra vez Dinamarca, como en el Mundial del pasado enero, como tantas otras veces, aunque España también ha tenido sus momentos de satisfacción ante los nórdicos. Pero en los Juegos Olímpicos, no. Hansen y compañía impusieron su balonmano, y la habitual capacidad de resistencia de los Hispanos no fue suficiente esta vez. El líder danés, que tiene una vocecilla baja, un tono agudo, tiene, en cambio, un brazo de hierro que ejecutó al equipo de Jordi Ribera. Pero la gran cita no ha acabado para España. El bronce espera en un cara a cara con Egipto. Sería un gran final para esta generación que tiene medallas de todos los colores en todas las competiciones, menos en los Juegos. Después de Tokio, muchos dejarán el equipo nacional. Raúl Entrerríos seguro, porque se retira. Pero también lo harán seguramente Dani Sarmiento, Viran Morros, Gedeón Guardiola, Julen Aginagalde... Tienen que hacerlo con algo reluciente colgado del cuello.
De nuevo tuvo que remar mucho el equipo español. Pese a que Gonzalo Pérez de Vargas empezó enchufado con hasta cuatro paradas en los primeros diez minutos, también lo hizo Landin en la portería contraria. España falló cuatro o cinco acciones desde seis metros, unas por el acierto del guardameta rival y otras por errores propios, porque desde ahí lo lógico es que vaya para dentro. Eso marcó la distancia en el marcador. Dinamarca trataba defender duro y salía rápido. Qué dinamismo tiene. No te puedes relajar porque como pierdas un segundo en celebrar el gol ya están al otro lado en una rápida transición. Así acabó el primer tiempo. España parecía ponerse a tres goles, apenas quedaban cinco segundos, pero su rival se las apañó para anotar rápido el 10-14.
Lo que no iba a hacer España es rendirse. Eso nunca. Un 0-2 de parcial para empezar la segunda mitad. Para decir que ahí iban a seguir, en pie, hasta el último aliento. Álex Dujshebaev tomó los galones para intentar entrar en la defensa 5-1 danesa. Un gol por aquí, otro en cadera, la ayuda de Raúl Entrerríos. Pero Hansen en el otro lado no frenaba. Sacaba el martillo o la repetidora desde los siete metros (¿cuántos amagos es capaz de hacer?) o la mano de seda para el pase. Aun así, no se escapaban en el marcador. A diez minutos, ahí continuaban a dos (20-22). “Vamos, tíos, seguimos”, decía Raúl Entrerríos en el tiempo muerto. “España”, añadió. “Bien”, responde el resto del grupo. Y a jugar para que llegara la primera opción de colocarse a uno: Guardiola se precipitó, vio que no había portero y trató de tirar desde su campo. Mal, flojo. Después, una buena defensa y otra opción, pero Landin detuvo a Dujshebaev. A la tercera Aleix Gómez no perdonó desde los siete metros. Su mano no tiembla ni en momentos así.
Quedaban seis minutos y nada estaba decidido. Funcionaba la defensa de España e incluso pudo empatar con el tiro de Dujshebaev que paró Landin. Vaya duelos: Álex-Landin, Hansen-Gonzalo. El lateral danés marcó el enésimo penalti para poner los dos goles de distancia a falta de cuatro minutos. El margen de error ya era muy pequeño, y más cuando Landin salió como un rayo para tapar el tiro de Adriá Figueras. Otra vez un fallo desde seis metros. Dinamarca apostó toda la segunda parte por atacar con siete y sin portero. Mads Mensah fue el ejecutor definitivo con un golazo a la escuadra cayéndose cuando amenazaban de pasivo. Volvían los tres goles de diferencia y quedaban tres minutos. No hubo milagro.
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