Patinaje

Así es el cuádruple axel, el salto imposible que Hanyu quiere hacer en los Juegos de Pekín

Javier Fernández y Jordi Lafarga describen el cuádruple axel, el salto de patinaje artístico que nadie ha logrado en competición. En realidad son cuatro giros y medio

yuzuru Hanyu, en un entrenamiento en los Juegos de Pekín
yuzuru Hanyu, en un entrenamiento en los Juegos de PekínFAZRY ISMAILAgencia EFE

Los Juegos de Pekín pretenden ser los de los imposibles en el patinaje artístico. Kamila Valieva ya ha hecho historia al ser la primera mujer que logra un salto cuádruple en una cita olímpica. Y no sólo uno, es que además clavó dos en su programa y se fue al suelo en el tercero, para lanzar a Rusia a por el oro por equipos. Sólo tiene 15 años, y en su ejercicio añadió además un triple axel, considerado uno de los saltos más difíciles.

El japonés Yuzuru Hanyu quiere ir todavía un poco más lejos. En conferencia de prensa y con toda la solemnidad que suele haber en su país, antes de saludar con la cabeza y las manos juntas a los periodistas, explicó que el arma que tiene guardada para intentar buscar su tercer oro consecutivo es el cuádruple axel. Algunos patinadores lo están probando en entrenamientos, pero nadie lo ha hecho en competición. Hanyu lo intentó recientemente en el Campeonato de Japón, pero falló. «Yo no he visto un cuádruple axel limpio en un documento en vídeo», explica Jordi Lafarga, que fue uno de los preparadores que tuvo Javier Fernández de chaval. «Si alguien lo hace en unos Juegos, se convertiría en la primera imagen visual. Que yo no lo haya visto no significa que no lo haya hecho, pero no lo habrán cazado justo cuando lo logró», añade Lafarga.

«En el axel se despega hacia adelante y se termina hacia atrás», describe Javier Fernández. «Es el único salto que no es una vuelta entera, es una vuelta y media», continúa el doble campeón del mundo, siete de Europa, bronce olímpico hace cuatro años y compañero de entrenamientos de Hanyu en Canadá cuando estaba en activo. «Además, tiene otro inconveniente», añade Jordi Lafarga. «En un salto de patinaje siempre saltas desde un pie o desde el otro, es decir, tu eje de giro está desplazado a la izquierda o la derecha, pero en el axel la batida la haces con el eje corporal desplazado hacia la izquierda, y durante la fase de vuelo tienes que transferir todo el peso al otro lado, porque caes con la pierna derecha. Dicho con otras palabras: en la primera media vuelta tú transfieres tu peso del eje izquierdo al eje derecho y ahí no puedes meter mucha velocidad de giro. Si saltas sobre el pie izquierdo y caes sobre el derecho hay una transferencia de peso que hace que tu cuerpo en ese momento sea un poquito más ancho, por tanto pierdes velocidad de giro. Es un concepto físico. Entonces tenemos dos hándicaps: esa media vuelta más y que por esa necesaria transferencia de peso, la primera media vuelta es un poquito más lenta», completa.

Son problemas a los que hay que poner solución. «Hanyu es muy longilíneo y muy estrechito de caderas, lo resuelve rápidamente, pero no deja de estar ahí ese problema físico. La única manera de resolverlo es con una mayor altura, con una mayor potencia de salto, y el gesto técnico tiene que ser perfecto. Y además hay que abrirlo: dar cuatro vueltas y media y tienes que caer en un pie y de pie», afirma Jordi Lafarga.

En realidad es como si se hiciera un quíntuple. «El que pueda hacer un cuádruple axel podrá hacer uno de los quíntuples más sencillos», prosigue Lafarga. «No dudo que se vaya a conseguir y el que lo logre será un súper patinador, un súper hombre o una súper mujer, porque es extremadamente difícil: hacerlo y caer de pie, prácticamente no tienes tiempo de abrir el salto, lo das a una velocidad tremenda y de repente tienes que parar la rotación en seco y aguantar el equilibrio en un pie; no puedes programar la caída, tienes que seguir girando hasta el final», concluye la explicación.

El riesgo

Sabiendo la complicación que supone hacer algo así, el siguiente paso es valorar si merece la pena intentarlo, porque si al tratar de hacer el cuádruple a Hanyu le falta vuelta, le puntuarían sólo un 60 por ciento del valor del triple axel, que sería la apuesta más segura. «En un programa de competición los patinadores de alto nivel introducen elementos que están muy trabajados y el porcentaje de acierto es muy elevado. Si lo intentas diez veces y te sale una, normalmente no lo vas a meter en un programa», desvela Lafarga. «Podría ser que Hanyu lo meta, porque se ha visto un vídeo en el que estaba haciendo muy buenos intentos, pero esto requiere un nivel de entrenamiento muy alto y hay riesgo de cometer un fallo importante. No sé si habrá optado por hacerlo, porque el riesgo puede ser muy grande. Habrá que esperar si se ve por primera vez en la historia», dice Javier Fernández.

Hanyu quiere hacer lo que nadie y ganar el tercer oro olímpico y debe arriesgar, más todavía después de haber anunciado a los cuatro vientos que iba a apostar por este salto imposible. Y más aún tras el programa corto, en el que tuvo una actuación decepcionante al quedar octavo con 95,15 puntos. El estadounidense Nathan Chen era el favorito y la gran amenaza: es el campeón de los tres últimos Mundiales y en Pekín rompió el récord del mundo en el programa corto con con 113,97 puntos. Le siguieron los otros dos japoneses, en concurso, Kagiyama Yuma, con 108,12, y Uno Shoma, con 105,90.