Irán
La rabia de Messi
Hacía mucho tiempo que no veíamos festejar a Messi un gol con tanta rabia. Leo sabe lo que hay en juego, lleva una temporada pensando en este Mundial, se ha dosificado con el Barça, seguramente sin ser consciente de ello. La presión de un país entero, la exigencia de ganar un torneo que se le resiste, las ganas de cerrar debates y convertirse en el mejor jugador de todos los tiempos... Todo se plasmó en su grito de celebración. Aunque algunos asocien sus arcadas a un principio de ansiedad, en el campo no parece estar nervioso y su gesto habitual denota tranquilidad. Pero internamente Messi sabe todo lo que se está diciendo de él, la sombra de Maradona es alargada y la exigencia de rendir en este Mundial –el último en plenitud de forma– es máxima. Su grito fue liberación, desahogo y reivindicación.
Pero solo no podrá
El talento no lo ha perdido. Su golazo ante Bosnia es la mejor muestra. Messi trata de liderar a Argentina, recibe en medio campo y busca generar todo el peligro de la albiceleste. Pero él solo no va a poder. Sabella lo sabe y trató de arreglar el problema metiendo a Higuaín y a Gago en la segunda parte. Insuficiente. La sensación es que nada ha cambiado, Messi está poco arropado en la selección, el grupo necesita mejorar a nivel colectivo o con las genialidades de «La Pulga» no le alcanzará. Que nadie se olvide cuando aparezcan las recurrentes comparaciones: Maradona ganó el Mundial del 86 siendo protagonista, pero acompañado de grandes jugadores. A Messi le esperan Irán y Nigeria, dos rivales que no deben complicarle la vida. Dos oportunidades para seguir ganando confianza y para que Sabella mejore el juego colectivo de Argentina. Veremos si lo suficiente para seguir viendo celebraciones con rabia de su estrella.
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