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La receta infalible de Nadal contra los calambres

Nadal, sudando
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Nadal sufrió mucho en su partido de cuartos. Fue unun extraño partido frente al argentino Diego Schwartzman (6-4, 7-5, 6-2) marcado por las rachas de ambos jugadores y por los calambres que sufrió en los brazos el número dos mundial, haciendo temer por una posible retirada. Fue entonces cuando recurrió a una receta infalible contra los calambres: sal y agua, que mezcladas calman los calambres, además de las bebidas isotónicas.

Nadal nunca había perdido en cuartos de final en Flushing Meadows y cumplió con su tradición para alcanzar por octava vez las semifinales del ‘grande’ estadounidense, donde topará con el inesperado Berrettini, número 25 del ranking mundial que batió en cinco sets a Gael Monfils.

El balear logró el pase tras un carrusel de emociones ante Diego Schwartzman, un jugador que fue capaz de encadenar dos rachas de cuatro juegos consecutivos y que, sin embargo, no pudo ganar ni un set. Por octava vez en otros tantos duelos directos, el menudo jugador bonaerense (1,70 metros) doblaba la rodilla.

Los dos primeros sets se desarrollaron con guiones parecidos. En ambos Nadal empezó arrollando, 4-0 en el primero y 5-1 en el segundo, y en ambos acabó peleando al límite para confirmar su ventaja, dentro de un duelo ‘loco’ donde se vieron un total de 11 roturas de servicio y que el vencedor finalizó con más errores no forzados (39) que golpes ganadores (35).

La elevada humedad en el Estadio Arthur Ashe pasó más factura al español, que también reclamó atención médica por leves calambres en ambos brazos, aunque sus problemas físicos no fueron a más y pudo mantenerse a flote. En el tercer set, Schwartzman aguantó hasta el 2-2, pero desde entonces encajó una nueva racha de cuatro juegos seguidos y se despidió con la ovación del público estadounidense.

En la noche del viernes al sábado y horario aún por definir, Nadal buscará su quinta final en el US Open ante Berrettini en un duelo inédito en el circuito. El ganador se medirá con el ruso Daniil Medvedev, quinto cabeza de serie, o con el búlgaro Grigor Dimitrov, verdugo de Roger Federer.