Real Madrid

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Lágrimas de gol

Javier Hernández se emocionó en el banquillo tras ser sustituido por sus molestias musculares
Javier Hernández se emocionó en el banquillo tras ser sustituido por sus molestias musculareslarazon

Chicharito se emocionó en el banquillo tras decidir la semifinal

Un paso atrás decidió la eliminatoria. Fue el de Javier Hernández dentro del área, para aclarar el panorama. Cristiano venía por el costado con la cabeza levantada, Giménez retrocedió para buscar al rival, pero Chicharito hizo lo mismo en sentido contrario y se quedó solo para recibir el pase y marcar sin portero. Por lo visto hasta el momento, la única forma de superar a Oblak. El fútbol eligió a un héroe inesperado para decidir el pulso madrileño en la Liga de Campeones. Cuando el Madrid lo eligió para completar la delantera, muchos aficionados blancos abrían los ojos sorprendidos y no pocos de los equipos rivales se echaban unas risas, convencidos de que no tenía nivel ni cuerpo para jugar en el campeón de la «Champions». Era hasta hace muy poco la última opción en ataque para Ancelotti, con Bale, Cristiano, Benzema e incluso Jesé por delante. Poco más de 800 minutos había tenido, pero se las había apañado para marcar cinco goles (4 en Liga y uno en Copa). Las lesiones y las rotaciones le dieron la oportunidad ante el Éibar, justo antes de la ida ante el Atlético y firmó un buen partido con un magnífico gol de cabeza. Demostró que sabe jugar también de espaldas a portería y fuera del área, así que cuando en dos semanas pasó de elemento decorativo al delantero titular para alcanzar las semifinales.

Junto a Ancelotti, las circunstancias y ese destino que en el fútbol es más caprichoso que en otros lugares pusieron ayer sobre el césped al mexicano, que se colocó en el centro de la foto.

«Esto es de todo el equipo, con una gran asistencia de Cristiano», decía el hijo de «El Chícharo» después de su gol, poco antes de que sus gemelos se rindieran. Se quedó tieso en el césped y sólo pudo cojear hasta la banda para dejar su sitio a Jesé. Ya en el banquillo, se abrazó a su amigo Keylor Navas. Tras su espalda se escondió para soltar algunas lágrimas, de emoción, cansancio, alegría y de gol. Había pedido una oportunidad desde México en el último parón de selecciones y reconoció que no estaba cómodo en el papel secundario que tenía encomendado.

«Tenemos que felicitar a Chicharito, porque ha pasado un año difícil y siempre ha entrenado bien y nunca ha bajado los brazos. Ha marcado un gol muy importante para nosotros», reconocía Ancelotti. «Esto es para mi familia, para mis seres queridos, para todos los que siempre han estado ahí», insistía el protagonista casi a gritos, hablando desde el alma, consciente de que ayer era un día clave para él y para el equipo. Una hora y media para pasar de ser el último de la fila a ser el héroe.