Francia

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La nadadora Laure Manaudou, triple medallista en los Juegos Olímpicos de Atenas y la francesa con mejor palmarés de la historia, confirmó hoy que abandona las piscinas definitivamente.

"Juro que lo dejo de una vez para siempre y que no volveré", dijo entre bromas Manadou en la cita televisiva en "Canal +"en la que se esperaba que colgara el bañador.

La nadadora de 26 años, que tiene en su palmarés 37 medallas internacionales, 84 títulos nacionales y 100 récords batidos, había avanzado ya el pasado otoño que los Campeonatos de Europa de piscina corta de Chartres, en el noreste de Francia, disputados entre los pasados 22 y 25 de noviembre serían su última competición oficial.

"En un momento dado hay que tomar una decisión y no puede tomarse demasiado tarde", comentó la deportista de Villeurbanne, en los aledaños de Lyon, quien subrayó que es una decisión que ha tomado sola.

Manadou, que en los Juegos e Atenas se llevó el oro en los 400 metros libre, la plata en los 800 metros libre y el bronce en los 100 metros espalda, logró en Chartres su último título europeo (en 50 metros espalda).

La retirada definitiva se produce tras su fallida comparecencia en los Juegos Olímpicos de Londres, donde fue eliminada en las series en 100 y 200 metros espalda.

Se trata de la segunda vez que anuncia que deja las piscinas. En 2009, la campeona gala interrumpió su carrera para dar a luz a la pequeña Manon, fruto de su relación con su pareja y también célebre nadador francés Frédérick Bousquet.

Aquel primer parón, que finalmente fue un paréntesis, se produjo tras la desilusión de los JJOO de Pekín, donde quedó última en la final de los 400 metros libre, su prueba favorita, y penúltima en los 100 metros espalda.

En dos años, Manaudou pasó de tener tres récords del mundo consecutivos y ser la deportista preferida de los franceses a dejarse caer en una espiral de escándalos sentimentales y fracasos deportivos que la llevó a abandonar por primera vez la natación.

Manadou, que tenía la presión de haber logrado tres medallas olímpicas en Atenas, llegó a la cita olímpica de Pekín en medio de una tormenta personal. Un año antes se había separado de su entrenador Philippe Lucas y se había instalado en Turín con su novio, el nadador italiano Luca Marin.

Con su nombre cada vez más presente en la prensa del corazón, la falta de tranquilidad para entrenarse la llevó a perder la ambición, reconoció entonces la nadadora francesa de madre holandesa.

Pero el golpe personal más fuerte fue la difusión en internet de una serie de fotos de contenido erótico tras su ruptura con el italiano. En aquel momento, alcanzada la gloria deportiva y cansada del agua, decidió que dejaba las piscinas para dedicarse a "otros centros de interés, otras pasiones".

Sin embargo, dos años después volvió a ponerse el bañador, se instaló en Auburn (Estados Unidos), donde reside con su familia, y preparó su regreso para Londres 2012, donde cosechó una segunda y última decepción olímpica, lejos de aquellas tres medallas de Atenas.

Meses después, y ya fuera del agua, Manadou aún no ha definido cuál será ahora su ocupación. Mientras toma cursos para aprender a hablar en público, reconoce que no se ve como entrenadora de natación.

"He pasado tiempo suficiente en la piscina. Me apetece conocer gente diferente", resumió.

Si embargo, su apellido seguirá vinculado a la disciplina en la que Laura logró coronarse como una de las mejores nadadoras del mundo. Su hermano Florent, de 21 años, se coronó en los Juegos de Londres como el primer nadador francés en lograr el oro olímpico en los 50 metros braza. En los campeonatos de Europa de Chartres, Florent salió de la piscina con cinco oros colgados del cuello.