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Los dos motivos que llevan al fútbol femenino a la huelga a partir del 16 de noviembre

La reunión entre los sindicatos y la patronal del fútbol femenino
La reunión entre los sindicatos y la patronal del fútbol femeninolarazon

El fútbol femenino va a tener antes su primera huelga que el primer convenio colectivo. Después de trece meses de negociaciones el paro ya es oficial, inevitable e indefinido, una vez que la reunión celebrada ayer en el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA), terminase sin acuerdo y con las partes cada vez más distanciadas. La idea de los sindicatos era convocar la huelga para este mismo fin de semana, pero los plazos legales no alcanzan, así que la protesta se hará efectiva después del parón de selecciones. Será el fin de semana del 16 y 17 de noviembre, donde debía disputarse la novena jornada de la Liga Primera Iberdrola.

Los representantes sindicales reconocían que todo lo que no sea parar significaría una «traición» para las jugadores, que «han tenido una paciencia infinita» en todo este tiempo de reuniones y desacuerdos. Todo crecimiento tiene una serie de peajes para poder seguir avanzando y de esto ya se ha dado cuenta el fútbol femenino. Por un lado están los clubes, representados por su Asociación, desde donde se mantiene que de cumplir las exigencias de las futbolistas, al menos cuatro equipos de la Primera División estarían condenados a la desaparición. Están a favor de ir avanzando, pero no de una forma tan radical, porque no están preparados según su opinión. Desde el otro lado se recuerda que los acuerdos que se están reclamando son «de mínimos» y que hay unas «líneas rojas» que no están dispuestos a atravesar.

El principal punto de fricción se centra en lo que se ha llamado dentro del convenio como la cláusula de parcialidad, que al mismo tiempo establece el salario mínimo de las futbolistas. Lo que piden los representantes de las trabajadoras es un 75% de parcialidad y un salario mínimo de 16.000 euros, con lo que se establecería en 12.000 el contrato más bajo que se podría firmar para jugar en la Liga Primera Iberdrola. Los clubes, por su parte, insisten en el 50% de parcialidad y poder tener futbolistas a media jornada y pagarles 8.000 euros. Las jugadoras recuerdan que ellas no son futbolistas sólo la mitad del día y que se cuidan y preparan de la manera más profesional posible para rendir en los partidos y entrenamientos.

«Las futbolistas se están ganando en el campo estos derechos laborales. Estamos en pleno siglo XXI y nos está costando que acepten cosas que son mínimas. No ha habido una posición de entendimiento porque la posición de los clubes era cerrada», apuntaba la abogada de la AFE María José López. En la otra trinchera el presidente de la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino (ACFF), Rubén Alcaine. «Lamentamos el enrocamiento de los sindicatos en la parcialidad y el salario. El objetivo de la patronal es también la profesionalización absoluta del fútbol femenino, pero respetando su sostenibilidad».

La reunión fue tensa y en el parón que se hizo tras una hora ya era seguro que todo acabaría en huelga. Aseguran que incluso se escucharon gritos desde fuera y la fricción no fue sólo por el convenio en sí. También molestó a la patronal que estuvieran allí la presidenta del Tacón, Ana Rosell, y un representante del Athletic, los dos clubes junto al Barça que no pertenecen a la Asociación. Esto revela también una cierta división entre los equipos que conforman una Liga con grandes diferencias de potencial entre sus componentes. De hecho, la patronal alerta que si aceptan las peticiones de las jugadoras, los cuatro clubes que no pertenecen a uno masculino de categoría profesional corren el riesgo de desaparición por la subida de salarios.