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Lucía García, jugadora de la selección: la niña que no sabía lo que era un fuera de juego

Lucía García, la benjamina de la selección española de fútbol
Lucía García, la benjamina de la selección española de fútbollarazon

Lucía García está siendo una de los nombres propios del Mundial de Francia. La jugadora del Athletic Club y benjamina de la selección (tiene 20 años), es una de las grandes revelaciones de España. Titular en el último partido ante China y saliendo como revulsivo en los dos encuentros anteriores, la originaria del concejo asturiano de Aller ha alterado los esquemas del seleccionador Jorge Vilda. «Ella nunca se imaginó nada de esto. Es una jugadora que no tiene expectativas de ella. Lo vive todo como una casualidad. Casualidad que haya jugado de titular, casualidad que haya anotado un gol, casualidad que esté mostrando este nivel...

Aunque tampoco se infravalora. Solamente se deja ir», cuenta a LA RAZÓN Beatriz Álvarez, presidenta del Real Oviedo femenino. En uno de los clubes más longevos de Asturias, Lucía empezó a dar sus primeras patadas. «Un día se presentó en las instalaciones del Oviedo para hacer las pruebas. Le preguntamos si alguna vez había jugado al fútbol y nos dijo que no. ¿Ni siquiera en el pueblo o en el cole? ''En el pueblo es que somos muy pocos y a mis hermanos tampoco les gusta el fútbol. Yo ando con la pelota por las caleyas''–calle en asturiano–», recuerda Beatriz. Se puso las botas, se ató los cordones y con la naturalidad que siempre la ha caracterizado, Lucía se hizo con el balón. «Cuando vimos lo que hacía flipamos. Los entrenadores rápidamente dijeron que a esa niña había que hacerle una ficha. Era un talento innato», confiesa la presidenta. Con 12 años, la cuatrilliza (tiene tres hermanos) se hizo con un hueco en las filas del Real Oviedo y en su primer partido en categoría infantil, donde el Oviedo era el único equipo femenino de la competición, Lucía se salió. «Marcó tres goles y ganó el partido ella sola. Tenemos grabado un gol donde coge el balón cerca de nuestra área y va regateando a todos los niños hasta que marca. Aún guardamos ese vídeo con mucho cariño», dice Beatriz. «Llegó muy verde, no tenía ni idea de fútbol. En ese primer partido se quedó casi todo el tiempo al lado del portero rival y el entrenador le decía: «Lucía, ¡que estás en fuera de juego! y ella preguntaba “¿eso que es?”», recuerda Bea, que no puede evitar que se le escape una carcajada.

Ni ella ni su familia tenían ningún tipo de cultura deportiva. A su madre hubo que darle algunas nociones básicas sobre el funcionamiento del equipo y el desarrollo de los partidos. «Había que explicarle que en los descansos de los partidos no podía darle un pincho de pollo y ella nos decía: «Pero es que tiene hambre». Jugando un partido contra la Real Sociedad se acercó a Lucía y le dijo: “¿Quieres una Coca-Cola? Es que la veo muy cansada”» ..., cuenta la presidenta. Con una gran capacidad para ver los espacios y con una calidad que sobresalía por encima del resto, Lucía se empeñó en ser portera y, si no, abandonaba el Oviedo. Los entrenadores no se lo podían creer y entendían como «un castigo» ubicar a Lucía entre los palos. «La dejamos probar de portera. “Ves que se me da muy bien. Me dice el entrenador de porteros que lo hago fenomenal”», comenta Beatriz. Ángel, su entrenador entonces, trató de convencerla y encontró en la selección una especie de liberación. «Si de aquí a dos años no estás jugando en la selección te juro que me ganas la batalla y te dejo ser portera. Puedes triunfar en esto así que no seas tonta. Como vayas a la selección, la primera camiseta es para mí», le dijo Ángel. «Si claro, ¿tú te crees que me van a llamar?», contestó Lucía.

El técnico no se equivocó y al año y medio la asturiana empezó a entrar en las convocatorias de la sub'17 y Lucía se olvidó del tema de la portería. La niña que se hacía tres horas, entre ida y vuelta, todos los días para ir a entrenar al club asturiano hoy triunfa con la selección y en el Athletic Club. Mañana ante Estados Unidos podría volver a ser titular. Las estadounidenses han ganado tres mundiales y llegan con tres victorias, 18 goles a favor y ninguno en contra. «Lucía ha alcanzado objetivos por encima de lo que podía soñar», concluye Beatriz.