Manuel Cadenas: «Ganar ayuda a ganar»

Manolo Cadenas (Valdevimbre, León, 1955) habla tranquilo sobre lo que le espera: dirigir al equipo campeón del mundo en el Europeo. Es uno más de los emigrantes de España por culpa de la crisis, ya que compagina su puesto de seleccionador con el de entrenador del Wisla Plock. En Polonia, vive «a gusto»: «Es un reto, la primera vez que estoy fuera de casa, renovar el espíritu, la vida». Su otro reto empieza mañana.

–¿Cómo lleva la duplicidad de cargo?

–Estoy en mi primera experiencia y vamos a ver... Hay cosas positivas de que haya tanta gente fuera, porque no nos vemos a menudo y los reencuentros son más emotivos. Tenemos ganas de contarnos nuestras experiencias. En ese sentido, veo que la Selección puede ser un punto de encuentro y de ahí pueden sacarse emociones para la competición.

–¿Qué equipo se ha encontrado antes del Europeo?

–Lo primero que me sorprendió del grupo es que cuando empieza el entrenamiento lo hacen todo tan rápido que se te hace corto. Todos tienen una actitud muy intensa, lo hacen todo a gran velocidad y en cada ejercicio dan el máximo. Yo, últimamente, he entrenado a equipos de menos nivel y esto me llama la atención. Y sí, tengo que ponerme a la altura de ellos.

–¿Cambia algo ser campeones?

–Ganar ayuda a ganar y yo creo que estos jugadores son muy conscientes de que cada partido también se puede perder. Ser campeones nos da más responsabilidad para hacer las cosas con más intensidad todavía, si es que esto es posible, que es difícil.

–¿Cuál es la clave del éxito?

–Este equipo está basado en que cuando brilla el colectivo, brillan los jugadores, y eso lo saben todos, y todos, en primer lugar, dan al equipo lo que pueden, y después reciben.

–Entonces, ¿no hay estrellas o todos son estrellas?

–Se puede decir que todos son jugadores de equipo, y ése es el mayor valor que tiene el grupo y es una filosofía que ya han trabajado anteriormente con Juan Carlos Pastor y con Valero Rivera. Venimos con la inercia de los campeones y yo trato de mantener todas las virtudes. Tenemos que mantener nuestra intensidad máxima todo el partido, la intensidad defensiva que propicia contraataques, que muchas veces rompen los partidos.

–¿Y el ataque posicional?

–Quizá no tenemos goleadores individualmente, pero sí tenemos un juego de equipo que puede propiciar que todos los jugadores sean peligrosos en cada ataque, que el juego esté más repartido.

–¿Cómo ve la crisis que sufre la Liga Asobal?

–Es una gran oportunidad para muchos jóvenes, la pena es que no haya más jugadores con talento físico, porque ahora tendrían la posibilidad de poder jugar en la Asobal. Siento que no haya el nivel de antes, que no estén jugando todos los internacionales; a mí mismo me gustaría estar en mi equipo del alma, el Ademar León, pero hay otras circunstancias y espero que se tomen medidas generales para que el balonmano tenga un punto de arranque. Por ahora, cada equipo intenta buscarse la vida por su cuenta y así es difícil.

–¿Cómo se ha llegado a esta situación tan mala?

–Supongo que es una consecuencia del momento económico del país y de falta de previsión, porque muchas veces el problema no es el futuro, sino las deudas anteriores. Se ha gastado más de lo que se podía y eso hipoteca el futuro de los clubes. Los incumplimientos de patrocinio han llevado a incumplimientos de contrato y al final los equipos están endeudados. No se puede ni partir de cero.