Manchester United
Mourinho, subido al autobús
Old Trafford le reprocha sus planteamientos defensivos en días importantes como hoy
Old Trafford le reprocha sus planteamientos defensivos en días importantes como hoy.
Frank de Boer dijo el sábado que lo peor que le podía pasar a Marcus Rashford es tener como técnico a Mourinho, porque sólo piensa en ganar, y que era una pena para el futbolista. Ayer, antes de recibir hoy al Sevilla, el portugués respondió en la sala de prensa con una entrada de las duras, a ras de césped y con los tacos por delante. «Leí en algún sitio unas declaraciones del peor entrenador de la historia de la Premier League. Si Marcus estuviera entrenado por Frank aprendería sólo a perder, ya que él perdió todos sus partidos (el Crystal Palace le despidió tras cuatro derrotas y sólo 77 días en el cargo)», lanzó Mou, que está lejos de sus mejores tiempos en lo que a declaraciones explosivas se refiere, pero de vez en cuando se queda muy a gusto ante los micrófonos.
La crítica de De Boer es la misma que le hacen muchos de los aficionados del United, que en el partido del pasado fin de semana ante el Liverpool pitaron precisamente el cambio de Rashford (autor de los dos goles) por Fellaini todavía con veinte minutos por delante. Les parecía un movimiento demasiado defensivo en un club que hasta en sus malos momentos se ha caracterizado por un espíritu ofensivo y valiente, no como la versión actual, con partidos en casa en los que no ha alcanzado el cuarenta por ciento de tiempo de posesión. No parece que «The Special One» vaya a ser el nuevo Ferguson en Old Trafford y sí es cierto que este curso ha mostrado su perfil más «amarrategui» en los días importantes. Sin ir más lejos, en la ida en el Sánchez Pizjuán, los ingleses se colgaron del larguero de De Gea, que tuvo que hacer un par de milagros para que la eliminatoria saliera de Sevilla igualada. «Será un partido muy difícil, pero intentaremos demostrar que somos mejores de lo que se vio en la ida», reconocía ayer Mourinho, consciente de lo poco que los suyos mostraron entonces. Hoy necesitará ofrecer otra imagen para que su regreso a la Champions, en la que está de vuelta gracias a la Liga Europa que tanto despreció en el pasado, vaya más allá de estos octavos de final. «Sólo tengo en la cabeza al Sevilla. Luego, si pasamos, no me importa quién nos toque; será, seguro, uno de los grandes del fútbol europeo. No somos uno de los mejores equipos de la competición, pero cuando te sitúas entre los ocho últimos puede pasar de todo. Empiezas a oler las semifinales y sabes que estás entre la élite», confesaba. Si siguiera adelante, podría reencontrarse con el Real Madrid o con el City de Guardiola, el único obstáculo este año entre el título de la Premier y Mou, que se siente cómodo subido al autobús.
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