Obituario

Muere César Luis Menotti, adiós a una forma de ver el fútbol y la vida

Fue el entrenador que llevó a Argentina a ganar su primer Mundial en 1978 y el creador de una manera de ver el fútbol

César Luis Menotti
César Luis MenottiArchivo

«El Negro fue el mejor», decía César Luis Menotti cuando le preguntaban quién era el mejor jugador de la historia. Él, que entrenó a Maradona, y que vio ganar a Messi un Mundial para Argentina como director de selecciones de la albiceleste, se quedaba con Pelé. Habían jugado juntos en el Santos y allí, contaba Menotti, aprendió lo que le faltaba para ser entrenador. Uno de los más grandes de la historia, porque más allá de los títulos dio nombre a un estilo. El menottismo, siempre enfrentado al bilardismo como una manera de ver el fútbol y la vida.

No por casualidad el libro que escribió junto a Ángel Cappa se llamó «Fútbol sin trampa». Un fin de semana de conversaciones entre el que era entrenador del Barcelona y su ayudante con prólogo de Joan Manuel Serrat. Un libro descatalogado desde hace años que merecería una reedición. En él, por ejemplo, explicaban la diferencia entre un perro de presa y un perro guardián como metáfora de las ventajas de la defensa en zona sobre la defensa individual. El perro guardián protege su casa sin abandonar el espacio; el perro de presa persigue al ladrón y deja el espacio abierto para que pueda entrar otro a robar. En ese libro hablaban de fútbol, pero también de su admiración por Paco de Lucía y por el mismo Serrat.

Menotti, en aquella época, iba en contra de la costumbre. El fútbol todavía, a finales de los 70 y principios de los 80, se agarraba a la defensa individual como manera de protegerse, de anular si hacía falta a la estrella contraria para jugar diez contra diez. Pero César Luis se preocupaba siempre de sumar más que de restar. Y su estilo, vistoso y asociativo, no tardaba en ser criticado cuando los resultados no llegaban.

El «Flaco» fue el primer seleccionador que dio un Mundial a Argentina, pero eso, que debía haberle valido para ganarse el cariño de un país entero, no le libró de las polémicas y de las dudas. En aquel Mundial 78 que organizó su país y que ganó la albiceleste, Argentina estaba dirigida por los militares con Rafael Videla al mando como dictador. Menotti era comunista militante y se le afeó que ofreciera ese título a los «milicos». Él reconocía que la dictadura había pedido varias veces su despido, pero Cantilo, el presidente de la AFA lo había sostenido en el cargo. Un año después del Mundial, ya con Grondona al mando de la Federación argentina, Menotti fue el único hombre del fútbol que firmó un manifiesto en favor de los desaparecidos junto a intelectuales destacados del país.

Se le reprochó también no haber convocado a Maradona, con 17 años, para aquel Mundial que vería el primer título de Argentina. Bottaniz, Omar Palma y Diego fueron los últimos descartes. A Maradona le compensó un año después cuando juntos ganaron el Mundial juvenil de Japón con una selección en la que también jugaban futbolistas como Ramón Díaz, Gaby Calderón y Juan Antonio Barbas. En el 82 Menotti ya contó con Maradona como estrella de aquella albiceleste que navegaba entre dos selecciones campeonas. Maradona tuvo el privilegio de vestir el «10» y ser el único jugador al que no se asignó el número por orden alfabético. Pero Italia los dejó en el camino, Maradona se fue del Mundial expulsado por una patada en el estómago al brasileño Batista y Menotti abandonó la selección después de aquel torneo.

Se volvieron a reunir en Barcelona, donde Menotti llegó para ocupar el lugar del destituido Udo Lattek. Estuvieron dos años con una Copa del Rey y una Copa de la Liga como únicos trofeos y una despedida a golpes en la final de Copa perdida contra el Athletic.

No fue su única aventura en España. Regresó para dirigir al Atlético en la primera temporada de Jesús Gil. De aquel curso quedó la goleada al Real Madrid en el Bernabéu (0-4) y el concepto del «achique de espacios», además de un despido precipitado por las prisas del presidente rojiblanco por ser campeón. Nunca se entendieron. Como muestra la exigencia de Gil de que multara a Julio Salinas por fallar tres goles.

Menotti fue campeón en Argentina con Huracán, un equipo en el que jugaban Ardiles y Housemann, con los que después sería campeón del mundo. El «Flaco», siempre pegado a un cigarro a pesar de que el tabaco precipitó la muerte de su padre cuando él sólo tenía 16 años, sabía entrar en la cabeza de sus futbolistas. De aquellos tiempos es la anécdota en la que manda a un ayudante a buscar a Housemann, al que tampoco por casualidad apodaban el «Loco». «Yo sé dónde está», dijo Menotti, que envió a buscarlo a un picado de barrio. Housemann estaba en el banquillo y cuando le preguntaron qué hacía allí no pensó que se referían al partido sino al banquillo. «¿Vos viste cómo juega el 11?», respondió.

La anécdota explica también su preferencia por los jugadores de talento. «La inspiración es como los gatos, por mucho que la llames no viene. Aparece cuando quiere», decía. Y él defendía la inspiración de los futbolistas sobre los rigores tácticos.

César Luis Menotti ha fallecido a los 85 años después de varios días ingresado por una anemia severa. El fútbol hoy es un poco peor.