Mundial 2014
El ajuste de cuentas de Ronaldo
Cristiano Ronaldo abandonó el estadio ucranio de Lviv enfurecido. Era el 8 de junio de 2012 y Portugal, con un discreto papel de su estrella, había perdido ante Alemania su primera cita en la Eurocopa. Dos años más tarde, en Brasil, el Balón de Oro de 2013 buscará revancha. Si la tendinitis en la rodilla izquierda se lo permite, «CR» intentará abanderar el ataque portugués en el Arena Fonte Nova de Salvador y enterrar fantasmas del pasado frente a los alemanes liderados por su amigo Mesut Özil.
El estilete del Real Madrid firmó en aquel Portugal-Alemania de hace dos años una de las exhibiciones más mustias que se le recuerdan en grandes torneos de selecciones. Anulado por los centrales, Hummels y Boateng, apenas pudo rematar a puerta. Derrotado por un tanto de cabeza del hercúleo Mario Gómez en el 72, enfiló los vestuarios enrabietado, negando retribuir el afectuoso saludo del seleccionador Paulo Bento e ignorando a los miles de portugueses que les habían apoyado en la distante Lviv. Extraviado ante la musculatura germánica y menguado por la estrategia demasiado cautelosa de Bento, Ronaldo sentía entonces el peso por la carrera al Balón de Oro de aquel año. Había realizado una soberbia temporada con el Real Madrid campeón y le faltaba rematar en la Eurocopa para superar al argentino Leo Messi, a la postre ganador de ese galardón individual. Sin embargo, hoy, con la tranquilidad que le confiere el Balón de Oro de 2013, dispone por fin del apoyo inequívoco del vestuario y de la afición portuguesa gracias a su excelente racha goleadora, que le ha llevado a sumar 12 tantos en 11 partidos con la rojiverde de Portugal. Con esa cifra se convirtió en el máximo anotador histórico vistiendo la camiseta de su país.
En caso de que la rodilla le dé un respiro, Ronaldo también pondrá de nuevo a prueba a muchos de los alemanes que se encontró en la memorable semifinal de la Liga de Campeones de este año entre el Real Madrid y el Bayern de Múnich (1-0 y 0-4, para los españoles). Serán probablemente el propio Boateng, Neuer, Lahm y Schweinsteiger. Y también Muller, Kroos o Götze. En el otro lado de la trinchera coincidirá otra vez con su antiguo compañero de equipo y amigo Mesut Özil, con quien compartió vestuario en el Real Madrid entre 2010 y 2013. Único en leer el juego entre líneas, Özil, de 25 años, ha sido uno de los mejores asistentes que Ronaldo ya tuvo. Cuando supo en diciembre pasado que le tocaría Portugal, «el mago» turco-alemán del Arsenal reaccionó con una mezcla de alegría y nostalgia: «Hola Cristiano, Pepe y Coentrão: estoy feliz por veros en Brasil!», dijo en su cuenta Twitter.
En su histórico ante «Die Mannschaft», Cristiano Ronaldo –49 dianas en 111 partidos internacionales– pierde, no obstante, por goleada. Aparte del fatídico partido de Lviv, también salió derrotado en los cuartos de final de la Eurocopa de 2008 (3-2) y en la disputa por el tercer y cuarto puesto del Mundial de 2006 (3-1). Pero Salvador puede ser otra historia, siempre que la rodilla se lo permita.
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