Tenis
Nadal vence a Mannarino en París en su primer partido después de casarse
El balear superó a Mannarino por 7-5 y 6-4
Rafa Nadal volvió a la actividad «oficial» 52 días después, con el escarceo entre medias de la Laver Cup. Es un hombre nuevo el manacorense, casado ya con Mery, pero el mismo tenista, dispuesto a poner el mejor punto final posible a una temporada distinta en el desarrollo (ha jugado menos torneos), pero fantástica en los resultados con, entre otras cosas, dos Grand Slams más que lo han colocado a uno de Federer, más cerca que nunca. París-Bercy es la antepenúltima parada del curso, antes de las Finales ATP y la Copa Davis, y el francés Mannarino fue el primer rival del español en la pista rápida y cubierta de la capital de Francia (victoria de Rafa por 7-5 y 6-4).
Las condiciones son justo las opuestas a las de verano en la misma ciudad, en Roland Garros, donde Rafa es un tirano. Todo lo contrario que en este Masters 1.000 (sólo seis participaciones y en dos se retiró; ningún título). Como era lógico, no iba a volver como un huracán tras tanto tiempo de inactividad de competición real, por mucho que haya entrenado antes y después de su boda, pues la luna de miel la hizo hace tiempo. El mes de tenis que le queda al manacorense debe ser de menos a más y contra Mannarino cumplió. Es un tenista incómodo el francés, empezando por su condición de zurdo, lo que hace cambiar a los rivales parte de los patrones de juego, al estar acostumbrados a medirse a un diestro. Le costó a Nadal adaptarse al servicio del galo. En la zona de la ventaja, Mannarino saca cortado y abierto, lo que desplaza a los oponentes demasiado y dejan toda la pista abierta. Jugaron al gato y al ratón durante mucho rato. Cuando el francés veía que Rafa se movía a esa zona para adelantarse al servicio, se lo cambiaba de lado y hacía un «ace». Pero era cuestión de tiempo y, sobre todo, el balear no sufría en sus juegos de saque. Primero fue un punto de break para el español con 3-4: agua. Después el segundo con 4-5, bola de rotura y de set: agua de nuevo. Pero el 15-40 con 5-6 ya fue demasiado para Mannarino. Resistió como pudo con su tenis delicado y gesto rápido de muñeca, pero Rafa impuso su nivel sin necesidad de recurrir al mejor tenis de su raqueta.
Tampoco se vio al gran Djokovic en su toma de contacto con la pista parisina. Ante el joven Moutet tuvo un primer parcial de perros, siempre a remolque, en el que sólo la falta de experiencia del francés, unida a la capacidad del serbio de jugar bien los puntos calientes, le impidió perder ese set inicial. Después Nole aceleró para el 7-6 (7/2) y 6-4 final. Se supone que el todavía rey de la ATP vaya también aumentando sus prestaciones con el paso de los días, ya que en juego no sólo está el título, también posicionarse lo mejor posible para pelear en el Torneo de Maestros por acabar el año como número uno del mundo. El próximo lunes Rafa le quitará el puesto y si es capaz de ganar en París lo hará de forma definitiva hasta el año que viene. El camino de ambos se ha limpiado un poco con las derrotas de Medvedev y Federer, con los que se tenían que haber visto en semifinales, pero queda mucho: a Nadal, ahora, Wawrinka; a Nole, Edmund.
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