Deportes
Cariño, ¿me hago profe de pádel? Why not!!
Llevo tiempo dándole vueltas a este espinoso asunto del intrusismo en el deporte de raqueta, pero en especial en el pádel. Y creo que ha llegado la hora de sacar a la palestra el tema.
Estoy seguro que es algo que está en la cabeza de todos los profesionales del pádel y de tenis que durante años nos hemos dedicado a la formación y enseñanza de jugadores de todos los niveles y edades.
Todos los que desde muy pequeños hemos crecido con una raqueta en la mano (primero de tenis y después de pádel) , siendo enseñados por un elenco de entrenadores que amaban y se dedicaban en cuerpo y alma a su profesión (los Ocaña, Díaz, Arcones, hermanos Martín, Rascón, Navarro y muchos otros) estamos realmente preocupados por la situación de intrusismo actual.
Todos apoyaban la formación integral de los chavales, tanto deportiva como en los valores que el deporte aporta y su transmisión generación tras generación.
Apostaban por una enseñanza de calidad tutelada e incorporaban a sus plantillas a los que habían crecido en sus manos, formándolos concienzudamente para dar continuidad a la actividad de la enseñanza que tanto querían.
Los mejores jugadores de los clubes se lanzaban con la mayoría de edad a ser ayudantes de sus entrenadores, a aprender a transmitir los conocimientos técnicos y tácticos que ellos tenían, a compartir las vivencias adquiridas en la pista; en definitiva, eran el germen de estupendos futuros profesionales. Todo esto con la supervisión de los que hasta hace poco eran sus entrenadores.
Ahora todo es distinto en el deporte de raqueta y en especial en el PÁDEL.
Solo tenemos que dar una vuelta por algunos clubes, polideportivos, urbanizaciones y centros deportivos para percibir la falta de preparación, motivación, capacitación y en muchos casos, de habilidad, de muchos de los entrenadores.
Gente que con nada o poca experiencia como jugadores, escaso bagaje como alumnos, cero aprendizaje como ayudantes y con poquísima inversión en su formación, son lanzados a una pista como profesores, para enseñar lo que a ellos nadie les trasmitió.
Igual podríamos cargar las culpas sobre ellos pero poca culpa tienen ellos.
¿Y quién tiene la culpa? Pues aquellos que los que los contratan con salarios ínfimos para abaratar costes de personal y mejorar sus diezmadas cuentas de resultados, aquellos que priorizan la contratación de estos por delante de entrenadores contrastados y más caros, aquellos que dan cabida en sus cursos de formación y los titulan a sabiendas que no tienen ni la capacitación ni la habilidad para poder enseñar ni transmitir conocimiento alguno, aquellos que pretenden convertir sus cursos en una alternativa para informáticos, comerciales y desempleados con aspiraciones de convertirse en entrenadores de un deporte donde son meros aficionados.
Todo esto da igual, lo importante es rentabilizar y ganar dinero sin preservar la profesionalidad en nuestro deporte.
Decenas de entrenadores que llevan en esto más de 20 años cobran ahora menos de lo que lo hacían antes presionados por el despegue de estos pseudo-profesionales y el bajo caché de los mismos.
¿Por qué no se premia, valora y reconoce salarialmente la profesionalidad desde los clubes como hacen otros países? ¿Por qué no empezamos a buscar dinamizar las instalaciones con acciones promocionales, desarrollo de nuevas vías de generación de ingresos,captación de más clientes y no por el abaratamiento de la mano de obra? ¿Por qué no nos comprometemos a formar, mantener y reconocer el trabajo de valor de los entrenadores buenos que fidelizan y generan ingreso a medio plazo en los clubes e instalaciones?
Con esta mentalidad, el exceso de oferta de clubes en algunas zonas y la creciente contratación preferencial por parte de muchos de los gestores de instalaciones (no todos gracias a Dios) de estos "new comers NO PROFESIONALES", solo fomentaremos :
- La pérdida de interés y reducción del número de niñ@s que prueban nuestro deporte y por consiguiente la continuidad a largo plazo.
- Elección de deportes más divertidos y en donde la figura del entrenador no es tan importante para llegar a enganchar a los niñ@s.
- El constante cambio de escuelas por parte de los adultos insatisfechos con las clases y el nivel del profesorado.
- El bajo índice de renovación de cursos trimestre a trimestre en las escuelas.
-El creciente aumento de aficionados buscando como subasteros precios más bajos por la guerra de precios a la baja de las instalaciones.
- El definitivo perjuicio para la industria de las escuelas de pádel y la consiguiente viabilidad de los clubes.
Cuidemos nuestro deporte y valoremos a los verdaderos profesionales!!
(@padelspain)
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