Fútbol
Pellegrino, el hombre tranquilo
A través de la fortaleza defensiva, el técnico ha firmado un año histórico para el Alavés.
A través de la fortaleza defensiva, el técnico ha firmado un año histórico para el Alavés.
Con su fortaleza defensiva, Mauricio Pellegrino ha hecho del Alavés el quinto equipo menos goleado de la Liga para convertirlo en la revelación de la temporada. Hasta el verano pasado, de Pellegrino en Vitoria lo poco que se conocía eran sus pasos por el Valencia, el Barça y el Liverpool antes de recalar en el Alavés, donde colgó las botas en la temporada 2005-06. Una década después, el pasado verano, regresó a la capital alavesa para dirigir al Glorioso en su regreso a Primera División. Nadie fue entonces capaz de imaginar hasta dónde iba a llevar a este Alavés, al que ha convertido en el equipo revelación de LaLiga Santander, noveno en la clasificación y finalista de la Copa del Rey. Un día especial para el club y también para él como entrenador: «Lo tomo como mi primera final como entrenador porque las finales como jugador son diferentes, ya que no tienes la responsabilidad que tiene un conductor», ha declarado el argentino.
Pellegrino, central en su época de futbolista, tuvo claro desde el principio cuál debía de ser el camino a seguir: la fortaleza defensiva. El Alavés debutó precisamente en el escenario del gran partido de hoy, en el Vicente Calderón, con un gol en el descuento del capitán Manu García que le dio un empate frente al Atlético. El técnico argentino ha construido un bloque que se ha convertido en el quinto equipo menos goleado de la Liga, con 43 goles encajados, solo por detrás de Real Madrid, Barça, Atlético y Villarreal. Los «grandes».
El «Flaco» Pellegrino dio con la fórmula rápido. Logró unir al grupo alrededor de su sabiduría, su inteligencia y sus buenos modales. La tranquilidad que emana hizo el resto. Gracias a ella ha hecho sentirse a todo el equipo importante y partícipe a pesar de contar desde el inicio de la Liga con un once muy definido. Porque ha habido espacio para todos. Aquellos con menos oportunidades en la Liga se foguearon en la Copa del Rey, pasando todas las eliminatorias hasta llegar a una final, la segunda en 96 años de historia del club vitoriano, que para el Alavés ya es un premio.
Pero con el mensaje, que tanto se ha extendido en los últimos meses por la capital alavesa, de que llegar es una victoria, Pellegrino no comulga. «No me gusta eso de que vayamos a disfrutar, de que ya hemos llegado. No. Vamos a tratar de poner el partido de nuestro lado y, claro, a intentar ganar el título».
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