Ciclismo
Rohan Dennis arrasa en el Mundial contrarreloj
En la línea de meta del mundial contrarreloj de Yorkshire, donde el cielo amenaza tormenta pero, por fortuna no hay pantanos como los que provocaron los chapuzones de varios ciclistas sub23 en la prueba del martes, solo hay dos miembros que siguen a Rohan Dennis. Su mujer y la esposa de Bradley Mc Gee, su entrenador que va gritándole "en el oído durante toda la carrera”, cuenta después el australiano. Ellas son sus únicas seguidoras. Ambas portan en la cabeza unas gorras negras con un escrito: ‘Team Dennis’. Nadie más lo sigue.
Hace tiempo que Rohan Dennis se ha quedado solo. Chico especial. Del Tour se bajó en plena etapa pirenaica, a las puertas de la contrarreloj de Pau porque se le cruzaron los cables. El material que su equipo, el Bahrein le iba a proporcionar para el día siguiente no era de su gusto. Así que se bajó de la bicicleta, esa Merida que tanto odiaba y desapareció.
Ni su equipo supo de su paradero hasta que apareció, una hora después por el parking de autobuses de esa etapa, en Bagneres de Bigorre. Desde entonces, Dennis desapareció del mapa. Se recluyó con los suyos, su mujer y su hijo pequeño, entre Girona y Andorra preparando con mimo el gran objetivo del año. Éste. Volver a revalidad su título mundial en contrarreloj. Ayer lo logró por imposición. Porque simplemente es el mejor. “Por un día me siento el tío más rápido del mundo”. Como para no. La prueba contrarreloj mundialista no tuvo color desde que el australiano saltó a escena.
Dennis pulverizó todos los tiempos, hasta el del asombroso Remco Evenepoel, que el año pasado se impuso en la prueba en ruta de categoría junior y ahora, doce meses después y sin pasar por sub23, ha conquistado una tremenda y más que meritoria medalla de plata. Pero ni de lejos pudo con los tiempos de Rohan Dennis, a 1’08’’ se quedó el joven portento belga, mientras que a Filippo Ganna, bronce, lo distanció en 1’55’’.
Dennis lo hizo todo a su aire. Con su material, el que le gusta y no el que, por compromiso y contrato debería haber llevado. Ni la bicicleta era su Merida con la que tiene firmado hasta el 2020 un acuerdo que presumiblemente, se romperá a final de temporada para emprender su marcha al CCC polaco, ni su casco era el Rudy que debería llevar como todos sus compañeros del Bahrein. Pedaleó sobre una BMC eso sí, con el nombre tapado con pintura, la bicicleta de su anterior equipo y con la que ya el año pasado consiguió su primer arcoíris. “Es la que me va bien, este es el mejor material”, zanjó.
En medio de ese huracán australiano, España salió vapuleada y volando por los aires. Castroviejo, el mejor especialista del país fue 24º, una posición muy alejada de lo que acostumbra en su buen hacer en las contrarreloj. “No he tenido el día, hacía tiempo que no corría una crono ni la he preparado y se nota”, se lamentaba.
Con esa clasificación, además, España pierde un puesto en la prueba contrarreloj de los próximos Juegos Olímpicos de Tokio, y tan solo podrá correrla un ciclista.
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