RFEF
Rubiales da el primer paso para convertirse en el sucesor de Villar al frente de la Federación.
Luis Rubiales ya ha dado un paso al frente. El pasado lunes lo anunció, tras dimitir como mandatario de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), y ayer presentó la moción de censura que va a acabar –si los Tribunales no dicen otra cosa, porque el proceso está muy judicializado– con los 28 años de reinado de Ángel María Villar, en la actualidad suspendido por un año (hasta el 22 de julio) de sus funciones, como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Si se cumplen los plazos, y no hay fallo judicial que dicte lo contrario, a mediados de enero el exjefe del sindicato de los futbolistas dará el salto a la poltrona federativa, con la patronal (LaLiga) muy pendiente de lo que ocurra.
En un escueto comunicado, Luis Rubiales anunció la presentación de una moción de censura contra el actual presidente, Juan Luis Larrea, que sustituyó al suspendido Ángel María Villar. «En la tarde de hoy (por ayer) se ha procedido a promover la moción de censura según la hoja de ruta marcada por el presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD) y respaldada de forma unánime por todos los representantes del fútbol español». Y añade que se da el primer paso «asumiendo su compromiso y responsabilidad, de manera convencida, con transparencia y, sobre todo, cumpliendo la ley». La nota fue difundida poco antes de que comenzase la junta directiva de la Federación de la que Rubiales forma parte y de la que dimitió ayer, tras informar a los directivos de su decisión. De todos modos, Larrea y Esther Gascón, secretaria general, ya sabían que quería ser presidente. Les había comunicado su intención hace unos días.
La activación de la moción de censura por parte de la candidatura de Rubiales se produce nada más cumplirse el plazo para poder hacerlo. Y debe seguir cinco pasos desde su presentación hasta su votación, según la orden ministerial (ECD/2764/2015) que regula los procesos electorales en las federaciones, en la que se exige que sea propuesta por al menos la tercera parte de la Asamblea (60 avales presentó ayer Rubiales) y aprobada por mayoría absoluta.
Estos requisitos no coinciden con los requeridos por los Estatutos de la RFEF –dos tercios para que prospere–, por lo que ésta recurrió la orden ministerial y obtuvo una estimación, en parte, de su recurso en la Audiencia Nacional, fallo que no es firme según el CSD, que lo ha recurrido al Tribunal Supremo.
La orden ministerial también define que desde su presentación, la Junta Electoral dispone de dos días hábiles para resolver sobre su admisión; que el presidente convoque en un plazo no superior a 48 horas la Asamblea general para abordar la misma y que ésta se celebre en un plazo no inferior a quince días ni superior a 30.
Una vez convocada la Asamblea Extraordinaria para el debate y votación de la moción de censura, y dentro de los diez primeros días siguientes a esa convocatoria, podrán presentarse mociones alternativas.
Si la moción de censura fuera aprobada, el candidato elegido permanecerá en el cargo por el tiempo que restase hasta la finalización del período de mandato del anterior presidente. En este caso, hasta mayo de 2020, ya que se han consumido casi dos años de legislatura.
Pero el TAD podría decidir hoy sobre el recurso del CSD. Si se admite, iría al Consejo de Estado que podría ordenar un nuevo proceso electoral en la Federación revocando todo lo anterior. Proceso por el que aboga el secretario de Estado José Ramón Lete y que Luis Rubiales no concibe.
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