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La puesta a punto de Nadal en busca de su décimo cuarto Roland Garros: vídeos, tiros rápidos...

Carlos Moyá analiza la gira de tierra de Rafa hasta París. La empezó con problemas en el saque, pero llega en forma en busca de hacer historia con su Grand Slam número 21

Nadal y Carlos Moyá, en un entrenamiento el pasado Roland Garros
Nadal y Carlos Moyá, en un entrenamiento el pasado Roland GarrosYOAN VALATEFE

Hay algo de lo que todos hablan, menos en el grupo de trabajo del que puede ser el gran protagonista. “Está en el horizonte, pero no es un tema de conversación, ni mucho menos”, asegura Carlos Moyá. Empieza un nuevo Roland Garros que puede ser muy especial para Nadal. Si vence, será el décimo cuarto título allí, llevando todavía más lejos el récord que ya tiene. Una locura. Pero, sobre todo, sería su vigésimo primer Grand Slam, con lo que rompería el empate a 20 con Roger Federer, que también estará en París por su misma parte del cuadro, aunque no podrían verse hasta las semifinales, y el suizo, sin ritmo de partidos (sólo ha jugado tres en el último año y medio), está pensando en la hierba. Los grandes rivales del zurdo vendrán por otro lado. A muchos de ellos, como Djokovic o Tsitsipas, ya los ha derribado el español en esta gira de tierra que empezó con problemas, pero en la que ha ido evolucionando en su juego para llegar a Francia en buenas condiciones para afrontar el gran reto. Carlos Moyá, su entrenador, cuenta cómo han vivido estos torneos en la superficie favorita del balear, camino de Roland Garros.

Montecarlo y los problemas con el saque

“En Montecarlo estaba jugando muy bien antes de empezar el torneo y los dos primeros partidos fueron más o menos en la línea de lo que habían sido los entrenos, pero a la que fue exigido por primera vez en bastante tiempo sin competir [estuvo sin jugar desde febrero, en Australia, hasta abril, en Mónaco], no pudo solventar esa situación. El saque se vio bastante afectado, sobre todo al principio de ese partido de cuartos contra Rublev. Es verdad que en tierra el saque no es tan decisivo para él como en pista rápida, pero se fue solventando a medida que fue compitiendo. Viendo vídeos, rectificamos un poco, veíamos que había un par de cosas que antes hacía y ahora no, pequeños detalles técnicos que creo que después de estas semanas ha ido mejorando bastante. Ahora ya no está siendo un problema”, explica Moyá.

Barcelona: ganar sin jugar bien

“Se llega después de haber perdido con Rublev y con malas sensaciones. El primer partido con Ivashka pierde el primer set y en el tercero va igualado hasta que logra solventarlo. Coge un poco de aire, gana un par de encuentros más o menos sólido y es verdad que conquista el torneo sin jugar a un gran nivel. Es una de las grandezas de un jugador como Rafa, que es capaz de vencer en un torneo tan bueno como Barcelona ante rivales tan difíciles incluso sin jugar su mejor tenis, teniendo en cuenta que tiene bola de partido en contra, la supera... Nos quedamos con eso, con que ha solventado esas situaciones mejor que en Montecarlo. Ese torneo le da confianza”, desvela su preparador.

Madrid y la altitud

“Siempre es un sitio especial por la altura (700 metros sobre el nivel del mar). En mi opinión, si él está fino no hay ningún problema, pero si no está jugando muy bien le es difícil encontrar el buen juego en ese torneo, y es lo que le pasó un poco. Gana dos haciéndolo bien y cuando tuvo que afrontar las situaciones ante Zverev no lo consigue. Fue un partido con poco ritmo, con Zverev sacando muy bien y con Rafa a la que tiene un pequeño fallo no se lo perdona, castigándose demasiado... Y cuando termina el partido y el torneo las sensaciones no son buenas, pero entendemos que la situación es distinta a Montecarlo”, narra su entrenador.

Roma: punto de inflexión

“Hay un punto y aparte tras el partido de Shapovalov. Una primera ronda muy buena con Sinner, en la segunda puede perder en dos sets, luego bola de partido abajo en el tercero y logra gestionarla a base de lucha, de coraje y fuerza, lo que siempre pone Rafa. Pero hay un antes y un después tras ganar a Shapovalov. Con Zverev es un poco la revancha de Madrid, consigue jugar un buen partido y dominarle. Con Djokovic es un partido nuevo donde ya vemos que la mejor versión de Rafa puede estar cerca y va a ser necesaria para ganar ese día. La derecha vuelve a funcionar muy bien, es verdad que tiene ciertos problemas en el segundo y tercer set, pero lo gestiona a la perfección. Ganó a un jugador como Djokovic, con la parte mental que hay en eso y en un torneo tan grande. Vuelve a jugar bien, pero creemos que puede mejorar”.

En este cara a cara contra el número uno la estadística dijo que el español dominó los puntos cortos y sufrió en los largos. “Este es el Rafa que tenemos que ver, el dominante. Aunque históricamente se le asocia más a los peloteos largos, puntos largos, épicos, debe intentar evitarlos, porque tenemos muy claro que cuando Rafa logra tirar es difícil que el punto llegue a nueve o más intercambios de bola, que es cuando se vio que sufrió ante Djokovic. Cuando Rafa tira hay pocos jugadores que pueden seguirle y se adapta muy bien a la situación de poco ritmo y que los puntos sean cortos. Cuando son largos, significa que él no está tirando como es costumbre, y va, digamos, remando, y ante un jugador como Djokovic pues pasa factura”, opina Moyá. “La lectura es que queremos que Rafa sea el que domine tanto al saque como al resto, con una buena primera bola. Para mí lo que no había logrado en casi toda esta gira es tener cierta calidad de tiro en los dos primeros, que son los que te dan la mayoría de los puntos. Eso había sido un poco lastrado las últimas semanas, cuando los últimos años lo había hecho a la perfección, y para mí después del partido con Shapovalov, contra Zverev y con Djokovic fue una de las claves: esa potencia en los dos primeros tiros de cada punto”, concluye Carlos Moyá.