Tenis
Alcaraz se hace gigante: finalista del US Open y a un paso del número uno
Superó al estadounidense Tiafoe por 6-7 (7/9), 6-3, 6-1, 6-7 (5/7) y 6-3. Se jugará con Ruud el título y si gana será el número uno del mundo más joven de la historia
Alcaraz ya está llamando a las puertas de su primer Grand Slam. Y no sólo eso. También aspira a convertirse el domingo en el número uno del mundo más joven de la historia. Y todo con sólo 19 años, cuatro meses y seis días. La leyenda está a punto de empezar si es que no lo ha hecho ya. En semifinales se deshizo del estadounidense Frances Tiafoe por 6-7 (7/9), 6-3, 6-1, 6-7 (5/7) y 6-3 en cuatro horas y 19 minutos. Ahora le espera Casper Ruud, la víctima de Nadal en el último Roland Garros y que también busca premio doble. El noruego no ha ganado ningún Major, tampoco un Masters 1.000, tampoco un 500, pero va a disputar su segunda final de un Grand Slam y, por las peculiaridades de esta temporada, si levanta el título también será el número uno del mundo.
Ya avisó Juan Carlos Ferrero antes de la semifinal. “Sabemos la oportunidad que tenemos por delante”, aseguró. Y su pupilo no la desaprovechó. Alcaraz y Tiafoe entienden el juego de una manera similar. Su tenis tiene un componente de espectáculo capaz de aparecer en cualquier momento, pero la dimensión de lo que estaba en juego les hizo empezar contenidos. Se trataba de no ofrecer fisuras y al español el plan de partido, aquello de tener paciencia y asumir que no hacía falta ganar los puntos en 3-4 golpes, le funcionó con una excepción: el tie-break del primer set. Tuvo un par de bolas de ruptura en el séptimo juego, comprometió el saque del estadounidense en el noveno, dejó uno de sus puntos imposibles para llegar al desempate, pero Tiafoe fue más contundente en la muerte súbita. El servicio marcó diferencias en el momento crítico y eso que el español fue capaz de salvar cuatro bolas de set, pero una doble falta le condenó.
Lo que para algunos hubiese sido un martirio mental durante varios juegos a Alcaraz no le alteró un instante. Su capacidad para rehacerse de un varapalo le permitió salvar tres bolas de break de Tiafoe y lograr la primera ruptura del partido cuando ya había transcurrido más de hora y media de combate. Carlitos mantenía la consistencia del primer tramo del set inicial. La brillantez que había permitido al estadounidense apuntarse el tie-break ya no se evidenciaba en la pista y así la semifinal se equilibró.
El mejor Tiafoe desapareció tras su paso por vestuarios. Los ocho primeros puntos del tercer set fueron para el español y las sensaciones de Frances pronto se acercaron a la desesperación. Alcaraz ya había alcanzado la estabilidad en la excelencia. Al servicio y al resto. Por eso los gestos de Tiafoe evidenciaban un resignado qué hago ahora. En su palco nadie daba señales de vida y los rostros unánimes eran de hasta aquí hemos llegado. Carlitos mostraba un tenis inabordable y se disparó hasta un 4-0 con un par de breaks incluidos. Suficiente margen para resolver la tercera manga haciendo sangre.
Alcaraz no se frenó ahí. Se situó 2-0 con un nuevo break y con la Arthur Ashe gritando “Carlos, Carlos” Tiafoe resucitó. Después de una hora martirizado por el tenis del español tuvo un ataque de orgullo. Se negó a rendirse, recuperó el tenis del primer set y un break. Carlitos volvió a golpear con otra ruptura, pero el estadounidense quería pelea, igualó a cuatro y volvió a conectar con la grada. Fue mas allá y salvó una pelota de partido en el décimo juego con una contradejada milagrosa. Su sorprendente reacción le dio la oportunidad de prolongar el partido en el tie-break. Alcaraz siguió jugando con el mismo atrevimiento y osadía que acostumbra. El problema es que dos derechas ganadoras se le marcharon por muy poco y la fe y el orgullo de Tiafoe tuvieron premio.
Después de los cinco sets ante Cilic y los cinco sets ante Sinner tocaba seguir remando ante Tiafoe. Y Alcaraz siguió siendo fiel a sí mismo. Sin tregua, ni un paso atrás, a la mínima oportunidad a buscar el golpe ganador. Así sumó un break, se situó con 2-0, pero Tiafoe volvió a levantarse. Igualó la ruptura, pero el partido ya era una montaña rusa. Y ahí el más estable es Carlitos. El estadounidense después de haberse incorporado encajó un nuevo break. Y Alcaraz volvió a escaparse. Fue la definitiva, la que le llevó a la victoria número 50 en 2022, a su primera final de un Grand Slam, a la pelea por ser el número uno más joven de la historia. Ruud es el último obstáculo para un doblete de película.
Segunda final para Ruud
El noruego se impuso con relativa facilidad al ruso Karen Kachanov en cuatro sets por 7-6 (7/5), 6-2, 5-7 y 6-2 en tres horas de partido. Es el primer tenista de su país en pelear por el título en Flushing Meadows. Ruud confirmó en Nueva York su gran 2022 donde ya ha disputado una final de Grand Slam. Fue en Roland Garros y Nadal no le permitió ni siquiera soñar con una hipotética victoria.
Ruud, sin brillantez, resolvió el primer parcial en el desempate y se sobrepuso a un flojo tercer set que permitió a Khachanov reengancharse a la semifinal. Cuando el subcampeón olímpico pareció en condiciones de discutir la victoria, se desinfló y no planteó resistencia.
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