Serbia
Carreño se redime
España tendrá que viajar a Serbia para medirse contra este equipo, del 7 al 9 de abril
El joven español, que había perdido el primer punto, vence a la presión y a Mektic para meter a España en cuartos de la Davis.
Si el tenis es un deporte donde más del cincuenta por ciento del éxito está en la cabeza, la Copa Davis es directamente una visita al psicólogo. Se juega igual: una pista con las dimensiones de siempre, una raqueta, pelotas y, eso sí, algo más de apoyo o de hostilidad del público, dependiendo de si se juega en casa o fuera. Es lo mismo, pero diferente, porque actúas en equipo, es la Selección, no luchas sólo por ti, y la trascendencia es mayor. Demasiados factores a los que dar vueltas. Demasiada presión. Pagó la novatada Pablo Carreño, de 25 años, el primer día de la eliminatoria contra Croacia ante Skugor, dejándose un punto que parecía cantado si se tiene en cuenta que el español es el número 26 del mundo y el croata, el 223. Fue una experiencia necesaria que casi todos los jugadores jóvenes necesitan para crecer. «Terminé hundido», reconoció ayer Pablo. Pero supo volver, animado por el grupo, y asumir la responsabilidad del último punto contra Mektic, al que venció (7-6 [7/4], 6-1 y 6-4) para clasificar a España para los cuartos. Con más suspense de lo esperado, pero cumplió el equipo dirigido por Conchita Martínez para retar, seguramente ya con Nadal, a la Serbia de Djokovic.
Tensión
No faltaron momentos tensos en el duelo de Pablo con Nikola Mektic, pero esta vez los gestionó bien. Desperdició un «break» de ventaja en el primer set, pero no se hundió para llevarse el «tie break». Y tampoco dejó que perder hasta cinco pelotas de break en la tercera manga le desesperase. Más sólido desde el fondo, valiente en momentos delicados, Carreño logró la ruptura por fin y con 5-4 en el parcial decisivo no dudó nada en su saque posterior. La situación era similar a la de la jornada del viernes, pues Mektic es el 319 del mundo, pero el final fue diferente. «Estoy encantado de estar aquí. He pasado momentos duros como el del otro día y felices como el de hoy», comentó ayer.
Bautista, número uno
Carreño logró el protagonismo por sumar el último punto, pero la actuación de Roberto Bautista fue determinante. El castellonense era el número uno español y sacó adelante sus dos puntos con solvencia y haciendo frente también a los nervios, pese a que en la pista parece un hombre de hielo. «Era más que un partido de tenis. Había mucho en juego y ha sido una batalla emocional continua», explicó de su partido de ayer contra Skugor. El croata se vino arriba cuando se vio por detrás y empezó a soltar su derecha, pero la solidez de Bautista desde el fondo rindió al gigante de 198 centímetros (6-1, 6-7 [4/7], 6-3 y 7-6 [8/6]).
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