Carlos Alcaraz ya está listo para volver a competir en su superficie predilecta. El tenista murciano regresa a la tierra batida después de 293 días, desde su última participación sobre arcilla en la final de los Juegos Olímpicos de París 2024, donde cayó en un ajustado duelo ante Novak Djokovic.

Aquel encuentro, que se resolvió en dos tie breaks, dejó a Alcaraz con la plata y una espina clavada que ahora buscará sacarse en Montecarlo.

Después de una gira norteamericana irregular —con una semifinal en Indian Wells y una temprana eliminación en Miami—, el tenista español afronta su primer gran reto sobre arcilla en esta temporada con la intención de recuperar sensaciones y ritmo de competición.

Montecarlo, un desafío inédito en su carrera

Pese a su meteórico ascenso y su dominio en otras citas importantes del circuito, el Masters 1.000 de Montecarlo sigue siendo una cuenta pendiente en la carrera de Alcaraz.

Solo ha jugado una vez este torneo, en 2022, cuando cayó en su debut frente a Sebastian Korda. Ahora, en 2025, llega con otra madurez, otro ranking y, sobre todo, la necesidad de reencontrarse consigo mismo y con su mejor versión en una temporada que aún no termina de despegar.

El torneo de Mónaco no formaba parte de su planificación inicial, pero su decepcionante actuación en Miami lo ha llevado a incluirlo en su calendario, buscando ritmo de competición y adaptación antes de defender su título en Roland Garros. Antes, deberá pasar también por el Mutua Madrid Open y probablemente descartará Roma para llegar fresco a París.

El cuadro de Alcaraz hasta la final

El sorteo no ha sido especialmente benévolo con Alcaraz. Su debut será contra Fabio Fognini o Fran Cerúndolo, dos jugadores peligrosos en arcilla. En tercera ronda podría medirse a Felix Auger-Aliassime, seguido de un posible cruce en cuartos con Arthur Fils o Andrey Rublev.

En semifinales lo esperarían tenistas como Jack Draper o Casper Ruud, y en una hipotética final podría enfrentarse a figuras del calibre de Alexander Zverev, Novak Djokovic o Stefanos Tsitsipas.

Una prueba de fuego antes de Roland Garros

Montecarlo será más que un torneo para Alcaraz: será su termómetro competitivo, el primer paso hacia un exigente calendario de tierra batida que culmina en Roland Garros, donde defiende la corona. El joven español tiene la calidad y el talento para volver a dominar, pero necesitará reencontrar la regularidad que lo llevó a lo más alto.

Con los focos puestos sobre él, Carlos Alcaraz inicia en Montecarlo su particular camino de redención. Una cita en la que no solo buscará victorias, sino también respuestas.