Wimbledon
Gran final de Wimbledon: Cuerpo y mente para ser campeona
Más delgada, con un tenis variado y muy concentrada, Garbiñe aspira a ganar Wimbledon en su segunda final ante una Williams: Venus
Más delgada, con un tenis variado y muy concentrada, Garbiñe aspira a ganar Wimbledon en su segunda final ante una Williams: Venus.
Dos años después, Garbiñe Muguruza vuelve a afrontar una final de Wimbledon y aunque la española sólo tiene 23 años han cambiado muchas cosas. Ya no es una novata, ya sabe lo que es estar ahí y también conoce lo que es ganar un título de ese calado, no en Londres, pero sí en París, pues el año pasado se proclamó campeona de Roland Garros. 2017 no estaba siendo la temporada soñada para la española, pero ha ido de menos a más y sin dejar que las derrotas inesperadas lastraran su confianza. Alguna actuación importante cuando llegó la tierra y cierta mejoría de sensaciones en los torneos de hierba han sido los precedentes de Wimbledon, donde todo ha cuadrado: cuerpo y alma; físico y mente. Físicamente está pletórica y sin dolores graves, pese al aparatoso vendaje que luce en el muslo izquierdo. La española, que en estas dos últimas semanas ha cocinado la comida en la casa que ha alquilado cerca del club, ha perdido algo de peso y se ha afinado. También enfocó la pretemporada en ganar potencia (todavía más de la que ya tenía), en curar unas molestias en los tobillos, en reforzar las zonas de su cuerpo que más tienden a lesionarse y en los desplazamientos laterales, para poder llegar mejor a las bolas cuando las rivales la mueven, plantarse bien y destrozar la pelota. Alguna lesión inoportuna le ha cortado el ritmo. También su mentalidad, porque ella misma dice que no es una jugadora «de estar en semifinales todas las semanas». No ha sido así en este Wimbledon. Lo más importante en las pistas del All England Club ha sido su actitud. «Ella es una persona con mucho carácter y cuando algo la altera a veces se descontrola, pero si tiene el control emocional para mí es la número uno. No veo a otra con su potencial: dos cañones, con la derecha y el revés; piernas brutales para defender y un gran ataque, que es lo suyo», cuenta Lluís Bruguera, el hombre que empezó a moldear a la tenista que es ahora Garbiñe, cuando era una niña. En Wimbledon se ha visto a una Garbiñe con repertorio: ganando en la red contra Kerber o más desde el fondo ante Kuznetsova. Remontando a la primera y arrasando a la segunda.
Seguir así es una parte de la historia de hoy, la que está en manos de Garbiñe. Lo que no puede controlar la española es lo que haga Venus, su rival. Otra vez las Williams en su camino. En la final de Wimbledon 2015 Muguruza perdió con Serena y al año siguiente cambiaron los papeles en Roland Garros. Esta vez le toca probar con Venus, que ha pasado del infierno al cielo en apenas un mes. Llegó a Wimbledon después de estar involucrada en un accidente en el que falleció un hombre de 78 años. No pudo acabar su primera rueda de prensa porque rompió a llorar. Dos semanas después aspira a su sexta corona.
q Cilic-Federer, final masculina. El croata venció a Querrey (6-7, 6-4, 7-6 y 7-5) y el suizo, que aspira a su octavo título, pudo con Berdych (7-6, 7-6 y 6-4).
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