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Kerber, la sucesora de Steffi Graff

Kerber se coronó en Nueva York en una final en la que comenzó mandando en el primer set y supo después defenderse ante una gran rival, verdugo de Serena Williams en semifinales y que vendió cara su derrota.

Kerber, besa el trofeo del US Open
Kerber, besa el trofeo del US Openlarazon

El año de Angelique Kerber casi no puede ser más redondo. Anoche se llevó el Abierto de Estados Unidos después de vencer en la final (6-3, 4-6, 6-4) a Karolina Pliskova y confirmar lo que ya se sabía desde el jueves: que es la número uno

El año de Angelique Kerber casi no puede ser más redondo. Anoche se llevó el Abierto de Estados Unidos después de vencer en la final (6-3, 4-6, 6-4) a Karolina Pliskova y confirmar lo que ya se sabía desde el jueves: que es la número uno, la mejor tenista del mundo y la gran sucesora de un mito como Steffi Graff. Ella había sido la última tenista alemana en vencer en Estados Unidos, en 1996. Veinte años después, Kerber la sucede. Va igualando o derrotando mitos en un año sensacional. Esta semana, tras 186 semanas de dominio absoluto de la hermana menor de las Williams, Kerber la adelantó tras un año muy regular y tras las lesiones de la estaodunidense. Es la número uno del mundo.

En la final de ayer, Kerber dominó a su rival durante el primer set, pero en el segundo Pliskova demostró porque ha ganado a las hermanas Willimas en la pista. Fue en la última manga donde Kerber impuso en la pista su experiencia y su calidad. Empezó por abajo, pero superó los nervios y jugó con la solidez con la que lo ha hecho este año. Superó a su rival y sigue sumando títulos en un gran año: logró su primer título de Grand Slam en el Abierto de Australia, fue finalista en Wimbledon, ganó el torneo de tierra batida en Stuttgart y alcanzó también la final en los torneos de Cincinnati y Brisbane para llegar a semifinales en el de Miami, Charleston y Montreal. Además, antes de disputar el Abierto de Estados Unidos había conseguido la medalla de plata en los Juegos de Río.

«Es un sueño, es mi segundo Grand Slam. Este año, todos los sueños se me han hecho realidad, es algo muy difícil de creer», decía ayer la tenista alemana, antes de recibir el cheque de los tres millones de dólares como campeona del Abierto de Estados Unidos.