Rojo
Garbiñe rompe el muro de Kerber y se mete en cuartos de Wimbledon
La agresividad de la española vence a la solidez de la número uno (4-6, 6-4 y 6-4). Su rival en la antepenúltima ronda será Kuznetsova
La agresividad de la española vence a la solidez de la número uno (4-6, 6-4 y 6-4). Su rival en la antepenúltima ronda será Kuznetsova.
Wimbledon es terreno de tenis de ataque, agresivo, y Garbiñe Muguruza acabó imponiendo ese estilo ante la número uno del mundo, la alemana Kerber. Pero cuánto tuvo que sufrir... No fue uno de esos días en los que «Garbi» se va mentalmente del partido. Su actitud siempre fue positiva, y su tenis también ante una rival que por momentos parecía de piedra más que de carne. Por muy fuerte que tirara Muguruza, la pelota siempre volvía. Un tiro ganador era contestado con una carrera y un golpe imposible, y a veces la alemana hasta tenía fuerza para contraatacar, porque también es especialista en llevar a quien esté al otro lado de la red de lado a lado. Así fue los dos primeros sets. El tercero, con el cansancio y la tensión de por medio, tuvo otro guió. Fue de manicomio, y Garbiñe salió cuerda de él y clasificada para cuartos. La española logró imponer sus 55 tiros ganadores a los 50 errores no forzados (27 y 12, respectivamente, de su rival) y, sobre todo, supo mantener la calma cuando todo parecía negro e imponerse por 4-6, 6-4 y 6-4.
Kerber comenzó en modo autómata. En el primer set sólo cometió dos errores no forzados. Pese a todo, era un encuentro vivido en el alambre, de esos en los que los detalles lo deciden todo. Salvó una primera pelota de ruptura Garbiñe y después se puso 0-30 en el ecuador del primer parcial. Era su gran oportunidad, pero Kerber resistió y logró el «break» para ponerse 5-4 y saque. No falló después y la primera manga ya era suya.
Era una jornada para desesperar cualquiera. Pocas brechas había en el muro de Kerber, pero Garbiñe no dejó de tirar y tirar, ni de subir a la red, aspecto que fue ajustando con el paso de los minutos. Un resto ganador, una derecha a la línea, un revés agresivísimo (tiró «mil» de ellos)... Sumaba puntos, pero no le daba para terminar de quebrar a su rival. Siempre estuvo la española de cara al encuentro, e incluso logró generarse la primera oportunidad de romper el saque de la alemana. Fue un punto de «break» en el que cambiaron los papeles. Kerber hizo el saque abierto típico de zurdo y después tiró al otro lado. Una jugada de manual que ejecuta a la perfección; Garbiñe corrió de lado a lado e igualó la situación, pero acabó tirando fuera una derecha. 3-3: la número uno se había salvado, la igualdad seguía en el segundo set, que se dirigía hacia su momento decisivo. Y la segunda oportunidad, ahora con 5-4 para «Garbi» y bola de «break», tuvo el mismo guión: saque abierto de Kerber y derecha. Salvada de nuevo la germana. Pero a la tercera no consiguió Kerber meter el primer saque, y entonces sí venció Garbiñe. Rotura y «break». El partido empatado.
La ventaja moral de Muguruza, que venía desde atrás, remontando, no tardó en esfumarse. Comenzó el set definitivo con otra montaña por delante, pues Kerber se puso 0-2. A partir de ahí, la locura. Un «break» tras otro, los nervios a tope. 3-3 y saque para Garbiñe. Fue el momento cumbre, el juego más largo en el que la española tuvo que salvar cuatro pelotas de ruptura. El duelo era ya una carnicería física y una batalla mental. El muro de Kerber tenía alguna grieta: ya fallaba alguna vez que no tocaba, ya las piernas no corrían tanto... 4-3 para «Garbi» ¡Por primera vez en el partido se ponía por delante! Su cabeza esta vez fue de hierro y con 5-4 vio el cielo abierto: 15-40, dos oportunidades de meterse en cuartos. Pero enfrente estaba la número uno: 40-40 con dos golpes de maestra. Al momento llegó una nueve oportunidad y el revés de la alemana se fue contra la red. Esta vez sí: juego, rotura, set, partido y a cuartos, donde le espera la veterana Kuznetsova.
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