Tenis
Un rival de Rafa Nadal considera "la peor experiencia de su vida" jugar contra él en Roland Garros
Llegó a ganar un US Open y a ser número 3 del mundo, pero Dominic Thiem desvela ahora la que fue una de las peores experiencias de su carrera: enfrentarse a un imparable Rafa Nadal en Roland Garros
Para un deportista de élite, el vacío que deja la competición es a menudo el rival más duro. Dominic Thiem, el talentoso tenista austriaco que llegó a ser número 3 del mundo, lo sabe bien y por eso tiene un plan muy definido para su recién estrenada retirada. El consejo que ha recibido de otros profesionales es claro y directo: mantenerse ocupado a toda costa. Fiel a esta premisa, justo después de colgar la raqueta, Thiem se ha sumergido de lleno en nuevos proyectos para fijarse metas lejos de las pistas.
De hecho, esta necesidad de llenar la agenda nace de una carrera marcada por picos de gloria y momentos de una profunda frustración. Ni siquiera su mayor gesta, la conquista del US Open en 2020, fue una alegría completa. La pandemia desdibujó el que debía ser el día más feliz de su vida, obligándole a atender a la prensa a través de una pantalla de Zoom, desde la soledad de un aeropuerto vacío. Una imagen desoladora que resume las extrañas circunstancias que rodearon su único Grand Slam.
Pero más allá de ese triunfo agridulce, si hay un fantasma que ha recorrido la trayectoria de Thiem, ese es el de Rafael Nadal en Roland Garros. Para el austriaco, medirse al español en la tierra batida de París no era solo un reto, sino que llegó a calificarlo como una de las peores experiencias de su carrera. Se topó con el muro del balear una y otra vez, perdiendo las finales de 2018 y 2019.
La batalla mental contra el rey de la tierra batida
En este sentido, la derrota para Thiem comenzaba mucho antes de que se iniciara el partido. El tenista ha confesado que la liturgia previa a los encuentros era suficiente para minar su moral. Escuchar al presentador enumerar el interminable palmarés de Nadal ante un público francés rendido a sus pies le generaba una sensación de derrota anticipada con la que saltaba a la pista ya vencido.
Asimismo, el austriaco recuerda la final de 2019 como el momento de máxima impotencia. Por primera vez en su vida, sentía que tenía opciones reales de arrebatarle el trono al de Manacor. Y fue justo entonces cuando Nadal desplegó su mejor versión, elevando su juego a un nivel inalcanzable y borrando de un plumazo cualquier atisbo de esperanza. Aquel día comprendió por qué enfrentarse al español en su feudo era, para él, el desafío más cruel del tenis.